Las televisiones brasileñas no dejan de repetir la imagen. A un lado, una mujer con su nieto por la calle. Al otro, un coche que viene a toda velocidad, que se estrella contra otro vehículo y que lo lanza hacia ellos. La imagen es impactante. Resulta increíble que el niño salga por su propio pie. Ralentizándola, encontramos una explicación. Y es que el coche le pasa por encima cuando está en pendiente, con lo cual no descarga todo su peso sobre él. Aún así, que la mujer y el chico reposen ahora mismo en su casa con unos simples moratones y heridas superficiales no tiene otro calificativo que "milagroso". En fin, el pequeño Joao Pedro Nascimento debería llamarse a partir de hoy Joao Pedro Segundo Nascimento.