Esta es una casa de luchadores. Donde vive Hugo, que tiene tres años y desde abril lucha contra una leucemia que llegó sin aviso. Donde viven Carmen y su marido Raúl que luchan contra el banco para no perder su casa. La presión social y mediática ha logrado que, por el momento, la entidad no subaste su hogar pero siguen debiendo más de 170.000 euros de hipoteca. En su casa si aparece una gotera o se rompe un cristal no hay cómo arreglarlo. Carmen pide al banco la dación en pago. Pero tienen fuerzas porque en esta casa de luchadores.