En la ciudad de Australia Occidental de Broome, a unos 1.650 kilómetros al noreste de Perth, dos perros están nadando tranquilamente en el mar bajo la atenta mirada de su dueño. Junto a ellos, en el agua, nadan también varios tiburones. Uno de los canes, se zambulle en el agua e intena morder a los temidos peces. Aunque no llega a conseguirlo, el can se queda como sin nada y sale del mar, caminando en la playa y sacudiéndose el agua, mientras su protector no sale de su asombro.