Cuando Jesús Samper, el que ostentaba los derechos de la Roja, dejó de pagar su canon a la Federación, Villar rompió el contrato, pero lejos de exigirle la deuda, le pagaron 20 millones de euros, algo así como una indemnización. Es lo que, según El Mundo, activó las alertas en el Consejo Superior de Deportes que acabó llevando la denuncia ante la Fiscalía. A partir de ahí, la Guardia Civil ha encontrado indicios de tejemanejes con reventas, pagos a federaciones y derechos de los amistosos de la Selección.