Pedro Sánchez ha escuchado a Mariano Rajoy; a Pablo Iglesias y a Antonio Hernando, pero en todo momento transmitiendo la sensación de estar viviendo la sesión de investidura como sin vivir en él. La incógnita sobre su voto, sobre su futuro, le permite mantener, en todo caso, su protagonismo incluso ahora que, después de ser capitán del equipo, calienta banquillo.