La manifestación convocada ayer en Barcelona para pedir la puesta en libertad de los anarquistas detenidos por la mañana en una operación policial, acabó de forma violenta, con contenedores ardiendo y escaparates y cajeros destrozados. Cientos de personas salieron a la calle para exigir la liberación de los detenidos ante la Delegación del Gobierno, donde un amplio dispositivo de los Mossos d'Esquadra estaba preparado para impedirles el paso.