En el paseo de Platja d'Aro se ven hoteles abandonados, a medio construir, es lo que queda de antiguos proyectos. Algunos en ruinas. Como buena parte del paseo se construyó en la década de los 60, la antigua Ley de Costas no permitía construir a menos de 100 metros de la costa y muchos propietarios dejaron de invertir. Algunos solares fueron comprados por empresarios rusos. Es el caso de un edificio en el que se pensaba hacer un hotel, pero que tuvo que conformarse con tan sólo ocho habitaciones porque tenían que ceñirse a las restricciones.