Con paso firme Kim Jong-un ha bajado la escalinata hacia la frontera que separa las dos Coreas desde hace más de 60 años,donde le esperaba el presidente del Sur, Moon Jae-in. Con aire desenfadado y una amplia sonrisa, ambos a cada lado de la delgada línea de cemento y han protagonizado el efusivo, largo e histórico apretón de manos. Después de intercambiar algunas palabras, el surcoreano le ha invitado a cruzar la frontera, para inmortalizar el momento y de forma espontánea Kim Jong-Un le ha correspondido de la mano, a repetir la foto en suelo norcoreano. De vuelta a terrotorio del Sur ha tenido lugar la solemne ceremonia de bienvenida, con Kim y Moon pasando revista a una guardia de honor tradicional coreana antes de acudir a la cumbre en la Casa de la Paz, en la Zona Desmilitarizada.