El Parlamento Europeo ha aprobado hoy, con fines antiterroristas, la polémica directiva sobre el registro de los nombres de los pasajeros de las compañías aéreas. Durante cinco años quedarán registrados los datos de cada persona que suba a un avión en vuelos dentro de la UE, pero también en vuelos extracomunitarios. Y no sólo nombre, dirección y teléfono, también otro tipo de información, como tarjetas de crédito o hasta la elección de un tipo de comida. El objetivo es detectar posibles terroristas antes de que suban al avión.