Bruselas combate con controles exhaustivos el miedo a volver a la rutina. "Me da mucho miedo que haya tanto militar". Los policías y militares belgas revisan mochilas y cachean viajreso a la entrada de una de las dos líneas de metro que ha vuelto a funcionar. "Como en estado de sitio… con el ejército... con las pistolas...". Las tanquetas flanquean también la estación central de tren. Varios recorridos han reanudado el servicio con largas colas de espera para atravesar las barreras de seguridad. La vida continúa en una ciudad blindada también las instituciones europeas. Cerrada y sembrada de cristales sigue la estación de metro de Maelbeeck atacada ayer. La policía ha levantado un amplio cerco de seguridad también en el aeropuerto, que no tiene fecha de reapertura. "La ciudad está con una enorme pesadumbre, con una profunda tristeza. " Un estado de ánimo que las autoridades tratan de reconfortar con mensajes patrióticos como el de la bandera gigante que recuerda que ésta sigue siendo una gran ciudad.