Una espesa capa de niebla tóxica cubre Pekín. La capital china, en alerta naranja, vuelve a alcanzar niveles máximos de contaminación. Se han cerrado carreteras, se han paralizado obras y las autoridades han pedido a los ciudadanos que se queden en casa. "Estoy muy preocupado. Con esta niebla la visibilidad es muy baja, no se puede conducir", dice un transeúnte.