Sobre las 4 y cuarto de la madrugada, con despliegue por aire, tierra y ambulancias preparadas, la unidad de élite de la policía francesa iniciaba una operación contra el terrorista más buscado. El autor intelectual de los atentados, al que se había perdido la pista hace días en Siria, el islamista belga Abdelhamid Abbaoud, que pudo estar relacionado también con el atentado de Charlie Hebdó, el cerebro de la última masacre. Con el barrio acordonado en 500 metros, los vecinos, algunos desalojados, otros sin poder salir de sus casas grabando desde la ventana, la línea de metro cortada y aviso de colegios cerrados para hoy, la operación continuaba. Hasta siete explosiones se escucharon mientras los terroristas se mantenían atrincherados.