En su primera entrevista en la televisión pública griega tras el acuerdo de Bruselas, Alexis Tsipras asegura que asume plenamente su responsabilidad en la firma de un texto en el que no cree "pero me veo obligado a aplicar". El acuerdo que supone más impuestos, cambiar el mercado laboral y las pensiones y privatizar activos públicos, aportaría a Grecia 82.000 en dos años. El primer ministro asegura que sus socios europeos han tenido una actitud vengativa por la convocatoria del referéndum en su país y que Alemania optó por su salida del euro. Tsipras dice claramente que Grecia no tiene reservas para volver al dracma, que la moneda sería inmediata y drásticamente devaluada, porque no tienen reservas para sostenerla. Un acuerdo que debe transformarse en leyes hoy en el Parlamento. Algunos legisladores ya han mostrado su apoyo al Gobierno. Entre ellos, el líder de To Potami.