"Nos fuimos a dormir y, cuando nos levantamos, nos encontramos a gente asesinada por todas partes. Cuando estábamos huyendo nos disparaban, los tiros venían de todos lados. Es el testimonio de Aliyu Bubacar, uno de los niños que se cuentan entre los cientos de refugiados en Maiduguri que han tenido que escapar de sus casas en Baga, al norte de Nigeria. Esta ciudad fue arrasada hace más de una semana por las milicias islamistas de Boko Haram, que podrían haber asesinado, según varios testigos, a más de 2.000 personas que continúan desaparecidas.