El presidente de los EEUU, Barack Obama, ha responsabilizado a los republicanos y, en particular, al Tea Party, aunque sin nombrarlo expresamente, del cierre al que se ha visto abocado el país. "Han cerrado el Gobierno por una cruzada ideológica para negar un seguro sanitario universal a millones de norteamericanos". "Todo -ha añadido- porque no les gusta una ley". En la calle ya se empienzan a notar las primeras consecuencias del cierre de la Administración federal y cerca de 800.000 empleados públicos se han quedado en sus casas y dejarán de cobrar sus sueldos.