Desde este mediodía los belgas tienen un nuevo Rey. Felipe toma el relevo de su padre Alberto II que el pasado día 3 anunciaba por sorpresa su intención de abdicar. El nuevo monarca tendrá que hacer frente al peor momento de la institución con un importante desapego social. Y su papel se verá también sensiblemente reducido con la reforma institucional que planean los principales partidos. Es el segundo relevo en una monarquía europea en lo que va de año tras la abdicación de Beatriz de Holanda.