Miles de brasileños se han echado a las calles de Belo Horizonte en las horas previas a la primera semifinal de la Copa Confederaciones entre Brasil y Uruguay en el estadio Mineirão. Los manifestantes protestan contra el despilfarro de dinero público que supone el torneo de la FIFA y exigen el fin de la corrupción y la implementación de medidas sociales, sobre todo en Educación y Sanidad.