Misión imposible en Zúrich. ¿Cómo salvar un edificio histórico de unas obras ferroviarias?. Pues a una empresa suiza no se le ocurrió otra cosa que mover esta construcción de 6.200 toneladas. A pesar de los globos, la salida estaba en tierra. Así que el verano pasado comenzaron a colocar unos raíles bajo él. Sobre ellos se realizaría un viaje cuyo billete costaba casi un millón de euros. A un máximo de 5 kilómetros por hora, el edificio comenzó a moverse. Dos días después ha llegado a la meta. Porque sorprende que lo que antes estaba aquí, ahora está aquí. En total lo han movido 60 metros.