Un Arturo Fernández a la carrera para explicar al juez los 37.000 euros que gastó con su tarjeta black de Caja Madrid, la mayor parte en sus propios restaurantes. Hoy no ha querido hacer declaraciones fuera de la audiencia nacional, pero sí lo hizo hace unos meses: Podíamos gastar en gastos de representación u otros gastos. Arturo devolvió el dinero y por eso la fiscalía no ha pedido fianza para él.