Este martes no ha habido ni lágrimas ni emociones en la cara de Oscar Pistorius al escuchar su sentencia: cinco años de cárcel por homicidio involuntario. En la sala, un silencio sepulcral tanto en los bancos de su familia como en los de los padres de su víctima, su novia y modelo Reeva Steenkamp. Una condena, según la jueza, justa, tanto para él como para la sociedad y que ha empezado a cumplir de inmediato.