Alegría sin límites en el Real Madrid de Baloncesto tras conquistar la Copa de Europa ante el Olympiacos (78-59), la Novena. La liberación tras varias temporadas frustradas fue tal que los jugadores estuvieron celebrando la victoria sobre el parquet casi una hora. Luego, en el vestuario, la fiesta siguió calentándose. Sergio Llull, con el trofeo a cuestas, no terminaba de creérselo. "Pesa, pesa, eso es que es buena, cuesta conseguirla, siento mucha felicidad, hemos trabajado muy duro, es el premio al trabajo bien hecho".