Los turistas ya han llegado a la localidad de Buñol, la mayoría son australianos, alemanes y japoneses que quieren disfrutar de esta fiesta. Los bares, tienen estimado triplicar la recaudación en dos días, los panaderos se han quedado sin pan y los balcones de la plaza son un deseo para aquellos que quieren verlo, pero sin pringarse demasiado. 140 mil tomates ya están preparados para ser los protagonistas, un total de 22 mil personas participarán en la batalla y algunas han llegado a pagar 170 mil euros por una entrada. Una batalla en la que nadie gana, ni pierde.