Como mínimo se merece el premio a la mejor promoción. Desde que el actor Sacha Baron Cohen se convirtiera en "El Dictador", sus apariciones públicas han estado marcadas por la polémica y la crítica. Se coló en la ceremonia de los Oscar con una urna que simulaba contener los restos del dictador norcoreano Kim Jong-il. Protegido por dos guardaespaldas y con su camello, con el que casi tiene un pequeño accidente, se ha presentado hoy en las inmediaciones del Festival de Cannes.