La película narra la historia de Isaac, un fotógrafo con un misterioso pasado que al llegar a un poblado vinícola de Portugal recibe un insólito encargo en mitad de la noche: realizar el último retrato de una joven que acaba de fallecer, Angélica. El extraño caso de Angélica enlaza el tema de la muerte, encarnado por el personaje de Pilar López de Ayala, en un relato sobre la obsesión por el sujeto amado. Isaac (Ricardo Trêpa) se enamora de la belleza de la joven Angélica, inspirado por una experiencia estética que le abre la puerta a una nueva dimensión.