Del mismo modo que a veces es necesario limpiar el frigorífico, también es de vital importancia limpiar el congelador. Lo ideal es hacerlo cada seis semanas para garantizar que la suciedad no se fija en su superficie. Si tu congelador es no frost, es decir, que no hace nieve, lo vas a tener muy fácil para limpiarlo y vas a tardar menos tiempo.

Pero si tu congelador no incluye esta función, vas a tener que descongelarlo para eliminar el hielo y poder limpiarlo. Para descongelarlo rápidamente aconsejamos desenchufar el congelador de la corriente si es posible e introducir toda tu comida en bolsas isotérmicas mientras tanto.

A continuación, recomendamos introducir una olla con agua hirviendo dentro del congelador y cerrar la puerta para dejar actuar durante 15 minutos. Solo de esta forma el hielo se va a derretir o se va a debilitar lo suficiente como para que puedas retirarlo sin apenas esfuerzo, evitando en todo momento el uso de cuchillos para quitar el hielo. Recuerda colocar bayetas en la zona de la puerta para que el agua descongelada no chorree hacia abajo y empape el suelo de tu cocina.

¿Cómo limpiar el congelador?

Para limpiar un congelador lo mejor para absorber los olores y eliminar cualquier resto de alimentos es utilizar una pasta suave de bicarbonato de sosa y agua. Esta pasta se puede humedecer utilizando un trapo limpio y así frotar por el interior del congelador. Si las baldas del congelador también se tienen que limpiar, puedes introducirlas en el fregadero con agua templada y jabón para limpiarlas y secarlas muy bien después.

Una vez tu congelador ha quedado limpio, solo tienes que volver a introducir los alimentos que tenías en su interior y cerrar la puerta del mismo para que vuelva a enfriar con normalidad. No te olvides conectarlo de nuevo a la corriente eléctrica si lo has desconectado antes.

Como se puede apreciar, se trata de un proceso sencillo que cualquier persona puede utilizar para limpiar su congelador.