El nombre con el que montañeros y senderistas conocen el desfiladero del Cares da pistas de su naturaleza. Pocos cañones fluviales resultan tan magníficos en sus dimensiones como el abierto por este río en mitad de Picos de Europa.

Hasta inicios del siglo XX solo atrevía a adentrarse por el tremendo desfiladero una senda de cabreros y fue en 1916 cuando, a golpe de pico y dinamita, se abrió un canal para alimentar la central hidroeléctrica de Puente Poncebos, en el lado asturiano de la ruta. Los trabajos se prolongaron durante cinco años y fue preciso taladrar un buen puñado de túneles en la roca viva. Junto al canal y para darle servicio se trazó un camino que discurre por mitad de las paredes.

Un siglo después, ese camino se ha convertido en uno de los más visitados de la Península Ibérica, siendo destino obligado de todo senderista que se precie. Considerada una de las rutas más hermosas de Europa, acumula parajes tan inolvidables como las pasarelas del lado de Caín (León), por las que se transita por el interior de un túnel, una de cuyas paredes se abre a la garganta, sobre la que el agua cae en varias cataratas.

Otros lugares con personalidad propia son La Cuevona y los puentes de Los Rebecos y Bolín, en los que hasta no hace demasiado se recomendaba cruzarlos de uno en uno. Hacia mitad de la senda se alcanza una pasarela tendida en mitad de la pared. Termina la senda del Cares por su lado asturiano a la altura del puente de la Jaya, que a su vez es el inicio del camino que sube hasta el pueblín de Bulnes.

Quien todavía tenga ganas de caminar un rato y no se haya cansado de ver peñas, debe desviarse del camino principal para seguir ascendiendo rumbo a la aldea de Camarmeña. Merece la pena, apenas es un kilómetro y medio. En subida, eso sí. Una vez allí, desde el Mirador del Pozo de la Oración se contempla cómo los rayos del atardecer sacan brillo a las llambrías del Naranjo de Bulnes, justificando el porqué de su nombre.

Guías:

Horario: Empezar temprano, sobre todo si se va a hacer el recorrido ida y vuelta.

Calzado: Llevar calzado cómodo para marcha. No hace falta que sean botas de alta montaña, pero tampoco unas simples deportivas.

Hidratación: Llevar agua suficiente, de manera especial en verano.

Peso: Lo imprescindible. Para comer, unas barritas energéticas, frutos y frutas secos son suficiente. Junto con el agua y resto del equipo llevarlo en una mochila. Evitar bolsas de hombro.

Ropa: Aunque sea verano y haga sol, no olvidar una prenda impermeable; los cambios de tiempo son muy rápidos en la montaña.

En bici o con mascota: Está prohibido hacer la senda del Cares en bicicleta. Sí puede hacerse con perros, aunque hay que llevarlos atados.

Ficha de ruta

Situación entre Puente Poncebos (Asturias), en el lado norte, y Caín (León), en el lado sur.

Longitud: 12 Kilómetros.

Dificultad: Baja

Esfuerzo: Medio-alto.

Horario: Lo habitual es recorrer la ruta entre 3 y 4 horas. Si se hace ida y vuelta, calcular ocho como mínimo.

Desnivel: Aunque tiene algún que otro repecho, la ruta es horizontal en gran parte de su recorrido. Excepto en el tramo de salida de Puente Poncebos, dos kilómetros hasta los Collaos, en los que se superan 260 metros de desnivel.