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Aasuntos Sociales | Los más vulnerables de las migraciones

Perfil del menor migrante: Varón, 17 años y del África subsahariana

Un estudio del IASS dibuja el perfil de los migrantes menores no acompañados en Tenerife

Un grupo de personas, entre ellas menores, en el puerto de Santa Cruz, tras arribar en un cayuco. Andrés Gutiérrez

La Unidad de Infancia y Familia del Cabildo emite un informe pionero, basado en la encuesta realizada a 113 de ellos, para conocer la realidad de los menores llegados de forma irregular.  

Varón, de 17 años y procedente de los países del Sahel subsahariano, en el África Occidental, sobre todo de Senegal (26%), Mali (23%) y Gambia (10%). Es el perfil de los menores migrantes no acompañados, los conocidos como menas, que llegan a Tenerife de forma irregular y son atendidos en la Red de Acogimiento Residencial del Cabildo. Lo desvela así un informe pionero de los técnicos de la Unidad de Infancia y Familia del Instituto Insular de Atención Social y Sociosanitaria (IASS). Se han basado para este estudio en una encuesta llevada a cabo a finales de 2020 entre 133 menores que arribaron a la Isla en cayucos o pateras. El objetivo del trabajo es conocerlos, tanto en su origen como respecto a las motivaciones que les llevaron a afrontar la terrible ruta marítima canaria desde el vecino continente. Saber su realidad para poder atenderlos con la mayor eficacia. En una sola frase, «conocer para mejorar».

El Cabildo cuenta en su red de siete centros especializados con un centenar de plazas para estos menores. En total la Isla puede atender a un máximo de 140 de estos chicos según la cuota establecida por la Federación Canaria de Islas, la Fecai. La encuesta, llevada a cabo entre noviembre y diciembre de 2020, desvela que el 97% son varones y solo un 3% mujeres. Un 74% de ellos tienen 16 (29%) o 17 años (45%). Su origen es mayoritariamente subsahariano, aunque un elevado 33% llega desde el Magreb, el 32% procedente de Marruecos. Un 75% lo hace a través de la ruta marítima del oeste de África. En todo 2020, año de la encuesta, ingresaron 144 en los tres CAI (Centro de Acogida Inmediata) o en los cuatro CAME (Casa de Acogida de Menores Extranjeros) insulares. En el momento del trabajo de campo, el 61% llevaba menos de un año en los centros y el 47% más de seis meses.

Razones para jugarse a vida.

Un 54% de los chicos declara como motivo para haberse jugare la vida en la mar la intención de ayudar a su familia, mientras que al 39% les mueve estudiar o trabajar: mejorar su calidad de vida, en definitiva. El 93% tenía un proyecto migratorio definido; es decir, unos objetivos vitales por los que lanzarse a esta aventura muchas veces sin retorno. Un 43% quería llegar a la Península, el 38% a Canarias, el 11% a Francia y el 8% a otro país europeo. El 79% señala que desconocía qué hacer o decir para poder estar en un centro de acogida a menores extranjeros.

La realidad que han vivido estos adolescentes durante la infancia en sus países de origen es desgarradora, según su propio testimonio. Un 35% no tenía agua potable y un 37% carecía de electricidad en casa. Un 13% sufrió maltrato o abandono familiar y el 23% discriminación. El 62% pertenecía a una familia con dificultades económicas para poder subsistir.

Un dato concluyente: el 43% de los menas no podía estudiar en su entorno natal. Hay que tener en cuenta que más de 30 millones de niños no van a la escuela en el África subsahariana. Otro factor clave es que el 45% asegura que en su país había –y hay– persecuciones o conflictos bélicos. El 38% de los malienses lo declara así en la encuesta. Una vez aquí, el 33% asegura haber sufrido discriminación a causa de su raza. y de estos, el 73% en contextos comunitarios y por parte de desconocidos.

Sus peticiones.

El trabajo incide en las principales inquietudes de los menores en suelo isleño. Entre ellas, agilizar el tiempo para tramitar el permiso de residencia, más convenios con empresas y entidades para facilitar la inserción laboral y un sistema de becas que les permita iniciar o mantener, en su caso, los estudios.

También reclaman más plazas en pisos tutelados y en relación directa iniciativas para poder desarrollar una vida independiente. Buena parte de los encuestados solicitan ayuda para reintegrarse con su familia bien en otra Isla, en la Península, en Europa, o, incluso, retornando a su país.

Decálogo de medidas.

Los autores establecen un decálogo de recomendaciones o medidas a tomar como conclusiones principales. En primer lugar, impulsar acciones que faciliten los planes de autonomía e independencia para la integración social y laboral tras el cumplimiento de la mayoría de dad. Asimismo, promover en los centros acciones relacionadas con la igualdad entre hombres y mujeres, así como la prevención de la violencia de género. Otro aspecto a tener en cuenta es la posible exposición en origen a situaciones de vulneración de derechos fundamentales en la infancia, de cara a la intervención posterior. El elevado riesgo en el viaje hace necesario estar atentos a posibles situaciones traumáticas o de malestar emocional. No hay que olvidar la atención especial a las niñas y a la posible práctica de la mutilación genital femenina, haber sido objeto de trata de personas o víctima de un matrimonio forzado. Las otras sugerencias son priorizar la atención específica a los menores recién llegados; favorecer y regular el contacto centro-familia; una estrategia para favorecer la integración y participación en la comunidad; ofrecer al personal educativo formación especializada sobre el perfil Mena y, por último, devolver el estudio a los propios menores que tomaron parte.

En primera persona.

La encuesta es absolutamente anónima pero los testimonios recogidos en el apartado de libre expresión resultan reveladores. Por ejemplo el del chico que asegura: «No sabía a donde iba al emprender el viaje». O aquel otro que desarma por su sencillez: «Me gustaría estar en un hogar con niños de mi edad y tener móvil». O por su ingenuidad. «Necesito ayuda para poder jugar al fútbol en España». También reflexiones que equivalen a un sueño: «Poder conseguir el permiso de residencia con autorización para trabajar». Y aspiraciones muy simples: «Me gustaría tener más dinero para comprar ropa y tenis». Por último, mensajes llenos de filosofía: «Me gusta ser buena persona y tener una vida como los canarios; quiero que me respeten. Prometo ser un buen ciudadano»

El estudio, de 44 paginas, está firmado por Ana María Belda Quintana, Trabajadora Social de la Unidad de Infancia y Familia del IASS, y Ana Elba Herrera Estévez, pedagoga y subdirectora de la Unidad. Contaron la colaboración de la técnica María José Fragoso Trujillo y a todas las coordinó Antonio Guijarrro Expósito, director de la Unidad. No se ha hecho un análisis igual de detallado sobre la realidad de los Menas. Resumen lo que se han encontrado. «Estas son las voces, los pensamiento y las historias de nuestros y nuestras menores migrantes sin referentes familiares». Valoran: «Los testimonios que han querido compartir nos han acercado para profundizar en esta realidad. Nuestro agradecimiento a ellos y a ellas por su colaboración». En una frase: «Conocer para mejorar».

97% Hombres

La diferencia entre sexos de los menores no acompañados que llegan a la Isla es abismal, al menos en la fotografía de este trabajo. Así, el 97% son hombres y solo el 3% mujeres.

140 Menores

La Federación Canaria de Islas (Fecai) estableció una cuota de reparto de los menores migrantes no acomapañados por Islas. A Tenerife, le corresponden un máximo de 140. 

133 Menores

La encuesta en la que se basa este estudio sobre el perfil de los Menas que llegan a Tenerife de forma irregular tuvo lugar entre noviembre y diciembre de 2020 son 133 de ellos.

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