El salón de grados de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de La Laguna (ULL) acogió en la mañana de este jueves 5 de mayo de 2022, Día Europeo de la Vida Independiente, un sencillo acto que en realidad esun avance clave para el reconocimiento efectivo del derecho a la asistencia personal y a la vida independiente de las personas con diversidad funcional de Canarias, incluido en la legislación desde 2006, pero aún sin desarrollar 16 años después. La firma del convenio entre Acufade y laULL para evaluar un proyecto piloto de asistencia personal que se desarrolla en Tenerife desde el pasado mes de junio será fundamental para dotar de argumentos psicosociales y socioeconómicos a los artífices de la batalla por el reconocimiento de la libertad de elección de personas dependientes. Por el derecho a elegir de quienes quieren continuar con su vida en sus hogares, cerca de su familia y amigos, y no institucionalizados en centros ni residencias.
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Francisco Delgado, un gran dependiente residente en La Orotava, es uno de esos luchadores por el derecho a la asistencia personal y este jueves acudió, en primera fila, a la formalización de un acuerdo firmado por la directora de Acufade, Elena Felipe, y la rectora de la ULL, Rosa María Aguilar. Como también lo es el profesor de Trabajo Social Manuel Hernández, que abrió el acto con el agradecimiento a «la lucha de Fran, la sensibilidad de Acufade y la participación de la ULL». O como Pilar Bethencourt, psicóloga y coordinadora del servicio de asistencia personal de Acufade, quien resalta que esta es una batalla por algo tan básico como «permitir que todas las personas puedan decidir donde quieren vivir y qué es lo que quieren hacer con sus vidas».
La directora de Acufade, Elena Felipe, confirmó que la entidad quiere dar continuidad a este proyecto por sus enormes beneficios personales y sociales, y anunció que «muy pronto» Acufade iniciará el proceso de acreditación de la asistencia personal como un servicio incluido en la cartera de prestaciones de Canarias. Animó a las autoridades a seguir el ejemplo de Valencia, donde han desarrollado una ley autonómica específica y los beneficiarios pueden recibir hasta 2.350 euros mensuales para sufragar su asistencia personal. Y dio un dato demoledor: «Por cada euro invertido en asistencia personal, los tres estudios de experiencias desarrolladas en España, señalan que se genera un retorno social de entre 2,71 y 3,62 euros, un beneficio para la sociedad de entre el 271 y el 362%».
«Por cada euro invertido en asistencia personal, los tres estudios de experiencias desarrolladas en España señalan que se genera un retorno social de entre 2,71 y 3,62 euros».
La rectora de la ULL, que estuvo acompañada por el vicerrector Juan Albino Méndez, agradeció la labor de todos los implicados en el proyecto y remarcó que «son las personas, no las instituciones, las que hacen que las cosas ocurran y estoy segura de que ustedes lo van a conseguir». Con este convenio, la ULL pone a disposición de Acufade todos sus recursos para avanzar en este y otros objetivos de interés para la sociedad. Aguilar abogó por «contribuir a mejorar de manera clara las condiciones de vida de esta parte tan sensible de nuestra sociedad».
Por un problema de agenda de última hora no pudo asistir la directora general de Dependencia y Discapacidad del Gobierno de Canarias, Marta Arocha, pero desde Acufade resaltaron que se ha abierto la posibilidad de que este servicio piloto de asistencia personal, que concluirá el próximo mes de junio, «pueda continuar en el tiempo» con el apoyo del Gobierno canario. Un hilo de esperanza para los 33 usuarios de este servicio y sus familias, que han visto como sus vidas han cambiado a mejor gracias al respaldo y la motivación de sus asistentes personales. El éxito de esta experiencia quedó claro en el vídeo que se estrenó en esta presentación, donde trabajadores, usuarios y familiares explicaban, en primera persona, cómo les ha cambiado la vida la asistencia personal.
Entre los testimonios, el de Francisco Delgado, que gracias al proyecto ha dejado de pasar meses encerrado en su habitación y, en compañía de Mari, su asistente personal, ha podido sentarse en una terraza a tomar chocolate con churros, realizar de forma rápida y sencilla trámites que antes suponían un suplicio, reencontrarse con la universidad en la que estudió o, simplemente, disfrutar de la vida de otra manera: «Tengo mucha menos ansiedad y puedo decir que me ha cambiado hasta el carácter».
Otras usuarias detallaron la importancia de recuperar la autoestima y la confianza, de volver a coger la guagua, de tener a alguien para jugar a las cartas o de contar con compañía para salir de compras, tomarse un cortado o simplemente «ir a echar la Quiniela».
El derecho a la asistencia personal y a la vida elegida se resume con una sencilla frase que Francisco Delgado compartió ayer con todos los presentes: «Simplemente queremos llevar la misma vida que lleva la gente que camina».