La Asociación de Vecinos Barrios Unidos de Granadilla (BUGA) denuncia públicamente que las playas del municipio se encuentran «en situación de emergencia fecal» como consecuencia de «la desidia y falta de ejercicio de las competencias» por parte del Ayuntamiento granadillero. La crítica se produce tras «el último de los repetidos episodios de contaminación que causó el cierre de la playa de El Médano el jueves pasado, por infección de la bacteria E-coli».

El portavoz de este colectivo vecinal, José Gregorio Gaspar Hernández, cree que el Ayuntamiento de Granadilla de Abona, «con su alcalde, José Domingo Regalado, a la cabeza, está dañando gravemente la imagen turística del municipio, a la vez que pone en peligro la salud de los bañistas, de los vecinos y de los visitantes».

Gaspar asegura que a la asociación que representa le «resulta extraño» que haya sido el Servicio de Inspección Sanitaria del Gobierno de Canarias el que alertara de la contaminación de las aguas de las playas del municipio, «y no el servicio municipal que, supuestamente, realiza analíticas dos veces en semana (lunes y jueves), según el pliego de contratación».

En su condición de portavoz de la Asociación de Vecinos Barrios Unidos de Granadilla, José Gregorio Gaspar exige al Ayuntamiento «un ejercicio de transparencia ante los granadilleros» y le pide al gobierno municipal «que haga públicas las analíticas realizadas por la empresa Biocontrol Labtec desde que se le adjudicó el servicio de realización de análisis semanales para verificar el correcto estado de las aguas marinas de las playas». Además, plantea que «se pueda acceder a las mismas en lo sucesivo y en tiempo real, a través del portal de transparencia de la Corporación municipal».

Granadilla de Abona adjudicó el citado servicio a la actual empresa concesionaria con un presupuesto de 36.192 euros, asegura el colectivo vecinal BUGA.