La restricción del tráfico desde la zona de los túneles de Los Realejos y el barranco de Ruiz ha supuesto el incremento de la actividad económica, principalmente, en el pueblo realejero de Icod del Alto, mientras que la zona costera y de medianías ramblera ha sufrido un bajón importante.

El corte de la TF-5 entre los túneles de la playa realejera de El Socorro y el barranco de Ruiz, donde está el pueblo de El Rosario, ha desviado todo el tráfico por la zona de medianía, desde el casco de Los Realejos, desde su rotonda de acceso desde la autopista, hacia Icod del Alto hasta llegar hasta La Guancha y viceversa. Eso ha supuesto que el flujo de 35.000 vehículos deje de pasar por la zona de costa, lo que ha supuesto afecciones a los negocios, principalmente, de San Juan de la Rambla, y en cambio ha puesto en valor los realejeros y guancheros.

Destacando que lo más importante es garantizar la seguridad de las personas con los trabajos de saneamiento que se están realizando, la mayoría de los comercios rambleros consultados se resignan a las pérdidas que sufrirán mientras dure la actuación organizada por el Cabildo de Tenerife. Reconocen que el desvío por Icod del Alto es la única alternativa para poder realizar las labores, aunque eso suponga que sus cuentas se vean comprometidas al sumarse a las que se han registrado por las medidas restrictivas decretadas desde el mes de marzo del año pasado para minimizar los efectos de la pandemia.

Sobre todo ello, Manuel Sánchez, responsable del Bar Cultural Tabaiba de la costa, apunta que “el corte nos ha afectado bastante al encontrarnos en mitad de la zona afectada. Solo en este fin de semana con motivo de las obras nos han anulado todas las reservas que teníamos”. “Además, todas las semanas tenemos la visita de guaguas de turistas alemanes y no vendrán. También afecta al empleo porque he dejado de contratar a una personas. Necesitamos que se libren ayudas”, señala.

En las Aguas, el responsable de La Cofradía, Gabriel Perera, destaca que ha avisado a las reservas que tenía en previsión del corte y ha espaciado las comidas para mantener el servicio.

En la parte alta, la responsable del Restaurante-Cafetería Las Rosas, Rosario Díaz, señala que “no he notado diferencias, ya que hay más tráfico pero no para nadie. Seguimos teniendo los clientes del día a día y con eso sobrevivimos. Hoy (por ayer) abrimos antes por todo esto, pero no ha supuesto un cambio”.

Los más beneficiados por el cambio, sin duda, son los negocios de Icod del Alto, como la Cafetería El Rodeo, cuya propietaria, Coralia Méndez, reconoce que “nos ha ido muy bien. Hay más tráfico ahora, eso nos ayuda y no puedo decir otra cosa. Digo que también se produce una situación muy importante y es que la gente puede conocer un pueblo muy bonito que la mayoría no sabe que existe”.

El gestor de la Disa de Icod del Alto, Marco Mesa, destaca que “el corte nos ha venido bien, tanto que he tenido que venir porque hubo momentos en los que no dábamos avío. Esto es muy bueno para el pequeño y mediano comercio. El que más o el que menos se ha visto beneficiado”.