La empresa Parque Marítimo S.A. (Pamarsa) se creó el 30 de marzo de 1989 con el objetivo de desarrollar un gran parque marítimo en los terrenos de la explanada del muelle de la ciudad turística. Más de 31 años después ni siquiera existe un proyecto de parque marítimo y esta empresa cien por cien municipal, con unos 150 empleados y en proceso de disolución desde 2012, acumula deudas, embargos e impagos que la abocan a la desaparición como muy tarde en 2022. El propio alcalde portuense, Marco González (PSOE), reconoce que la desaparición de Pamarsa “ya no tiene vuelta atrás”, y su gobierno se centra en que “este proceso de duelo sea lo más tranquilo posible”.

Pamarsa se creó como una empresa de capital mixto, con un 51% de las acciones en manos del Ayuntamiento y el resto, un 49%, de la empresa nacional Mercasa. En 1992, el Consistorio adquirió los títulos de Mercasa y la entidad se convirtió en una empresa municipal. A lo largo de su trayectoria se ha encargado del Lago Martiánez; los aparcamientos de la plaza de Europa, al antigua estación de guaguas y el mercado municipal; los bares, restaurantes y cafeterías de Playa Jardín, el Lago y Martiánez; el bar Dinámico; los servicios de socorrismo; el mantenimiento de jardines, e incluso del antiguo servicio de suministro eléctrico.

Pese a que Pamarsa ha tenido en sus manos algunos de los mejores locales de la ciudad, sus cuentas han sido tradicionalmente ruinosas, en especial desde que tuvo que asumir las cuantiosas deudas que el Ayuntamiento había asumido con Unelco. El Consistorio, con gobiernos de PSOE, CC o PP, no ha parado de realizar inyecciones económicas para corregir los desequilibrios en sus cuentas o asumir deudas propias o heredadas. La última aportación, recién aprobada, supera los 875.000 euros. Pero solo entre 2014 y 2017 ya recibió casi 2,5 millones de euros del Consistorio.

"Queremos que sea un duelo respetuoso, con calma y negociado en la medida de lo posible"

El historial de conflictividad laboral de Pamarsa también es inabarcable y el pago en cinco plazos de la nómina de octubre es sólo el último capítulo: reiterados retrasos en los pagos de salarios; denuncias por cesión ilegal de trabajadores; contrataciones bajo sospecha; despidos; movilizaciones, y hasta un ERTE a 54 empleados aprobado en marzo de 2020. Intersindical Canaria amenaza ahora con nuevos paros y protestas si la nómina de diciembre no se paga en tiempo y forma. Y eso no está garantizado.

En el segundo plan de ajuste, de septiembre de 2013, también se dijo que si no lograba autofinanciarse, sería automáticamente disuelta el 1 de agosto de 2015. Eso no sucedió. El Ayuntamiento salió del plan de ajuste, tras saldar deudas bancarias por valor de 37,4 millones de euros, el último día de julio de 2017. “En esa fecha también debería haberse disuelto Pamarsa”, según afirma el alcalde portuense, Marco González.

El verdadero final de Pamarsa comienza el 17 de diciembre de 2012, cuando el Pleno portuense acordó por unanimidad el inicio de los trámites para su disolución. Pamarsa daba empleo a 114 personas y entonces se habló de reducir su plantilla. En los últimos ocho años solo ha crecido y hoy da empleo a 150 personas.

Marco González insiste en que su gobierno debe “asumir responsabilidades” y sacar a licitación todos los servicios que gestiona ahora Pamarsa. “Me preocupa mucho que las familias no cobren. La solución técnica y la más fácil sería cerrar ya, pero estamos intentando que esa desaparición, que es un duelo, sea un duelo respetuoso, con calma y negociado en la medida de lo posible. Para buscar ese sosiego aprobamos una modificación de crédito para afrontar deudas que tiene esa empresa y que, en caso de no abonarlas, repercutirían de todas maneras en el consistorio”, concluye.