Un estudio científico avalado por el Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan) permite detectar con un pequeñísimo margen de error –la media de acierto es de más del 90%– las zonas con mayor riesgo de derrumbes o desprendimientos en las Islas, El ocurrido hace unos días en la playa de Argaga, en Vallehermoso, La Gomera, tan espectacular como de afortunado balance al no registrarse daños personales, demuestra que el peligro sigue latente en territorios como esta Isla o la de Tenerife. La herramienta, que es un indicador y no un mapa, “está a disposición de las administraciones canarias” como recuerda Luis González de Vallejo, director del Área de Riesgos Geológicos del Involcan. Junto a otros tres compañeros científicos ha elaborado este trabajo.

La investigación se ha llevado a cabo en Tenerife y han participado investigadores del Instituto “para establecer el riesgo de inestabilidad de un talud determinado”, explica González, siempre con el fin de que puedan adoptarse medidas preventivas a corto plazo. El científico detalla: “Para ello se han desarrollado dos índices. El primero evalúa el grado de inestabilidad y el segundo valora las posibles consecuencias o daños en función de cuatro grados de riesgo”. Uno de los principales objetivos de estos índices ha sido “que sean fácilmente aplicables y sus resultados puedan estar disponibles en muy corto plazo”, añade, por si se requiere desarrollar actuaciones preventivas.

El procedimiento para la aplicación “se basa en la estimación de una serie de parámetros geológicos y geomorfológicos”, apostilla el científico. Entre otros, mediante la inspección visual y detallada del talud que se ha realizado sobre casi un centenar de ellos. “Estas estimaciones están estandarizadas, e incluso se han desarrollado las bases matemáticas para una posible aplicación informática con vistas a su uso en teléfonos móviles” ahonda González de Vallejo. Los resultados de los índices han sido validados por investigaciones independientes, ofreciendo una fiabilidad estadística muy alta, por lo que su grado de confianza permite ser aplicado a los taludes de rocas volcánicas, tanto de Canarias como de otras regiones volcánicas semejantes.

Los resultados de estas investigaciones han sido publicados recientemente, en concreto el pasado mes de junio, en la revista científica internacional Geosciences, siendo sus autores el mencionado Luis González de Vallejo (Involcan, Universidad Complutense de Madrid); Luis Enrique Hernández (Gobierno de Canarias); Ana Miranda (Involcan ) y Mercedes Ferrer (Instituto Geológico y Minero de España).

“Los problemas de estabilidad de taludes en rocas volcánicas han sido, en general poco estudiados”, valora González por lo que no se ha dispuesto de metodologías específicas aplicables al análisis de los desprendimientos en este tipo de rocas. Por otro lado, la caída de rocas es un fenómeno que se produce de forma casi instantánea y en raras ocasiones puede anticiparse. Por estos motivos en los últimos años se han realizado varios trabajos en los que ha participado el Gobierno de Canarias y otras instituciones del Archipiélago, como el Involcan y la Universidad de La Laguna, en el que han colaborado investigadores de la Universidad Complutense de Madrid y del CEDEX (Ministerio de Fomento). Estas nuevas aportaciones científicas pueden permitir continuar en el camino para la adopción de medidas de prevención. Ahora se trata de inculcar en las Administraciones Públicas competentes la necesidad de prevenir este tipo de riesgos, ya que “es la medida más rentable económicamente, además de ser reiteradamente demandada por la sociedad”, valora González. En esta última recaen las consecuencias de la falta de previsión cada vez que se produce un derrumbe.

Fenómenos frecuentes

Los desprendimientos o caída de rocas son fenómenos naturales relativamente frecuentes en Canarias, en particular en las islas de mayor relieve como Tenerife, La Palma, La Gomera, Gran Canaria y El Hierro. Son noticia habitual cuando se producen lluvias intensas, aunque también suceden en periodos secos, como en el recientemente ocurrido en La Gomera. Cuando afectan a carreteras, playas, o zonas frecuentadas por senderistas, incluso a núcleos urbanos, sus consecuencias dan lugar a cortes de carreteras, cierre de playas y pueden producir daños de consideración e incluso víctimas. En la memoria reciente de los canarios están episodios como el tristemente célebre por sus consecuencias –dos fallecidos– de la playa de los Guíos, en Santiago del Teide, o el cierre de varios espacios costeros en el litoral norte de Tenerife, como la Playa de la Arena en Mesa del Mar (Tacoronte), entre otros muchos casos.

Las principales causas de la inestabilidad de los taludes en Canarias es la naturaleza volcánica de las rocas, la orografía montañosa con fuertes pendientes y las condiciones climáticas, con lluvias intensas en determinadas épocas del año, sobre todo en las vertientes norte de las islas, junto con la acción del oleaje y el viento en zonas costeras.

Urge, según lo expuesto, la preparación de planes de prevención en zonas vulnerables y el establecimiento de protocolos que faciliten y agilicen las medidas a tomar. Los desprendimientos no pueden evitarse en su mayoría, pero sí sus consecuencias.

La ciencia aporta una herramienta que se ha demostrado eficaz para prevenir los desprendimientos y los derrumbes tan habituales en esta tierra de laderas volcánicas y grandes taludes. La ficha está ahora en el lado del tablero de los políticos.

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Zonas con riesgos de desprendimiento en Tenerife