La Gomera, El Hierro y La Graciosa emprendieron ayer el camino de retorno a la normalidad con una semana de adelanto sobre el resto España: se ve más gente en la calle y algunos negocios abrieron, pero en las tres islas flota la misma incertidumbre: sus economías dependen en mayor o menor medida de un turismo que aún tardará en volver. Lo ve así, entre otros muchos, María Méndez, empresaria con un restaurante en Valle Gran Rey, que ha decidido esperar aún unas semanas más para volver levantar la persiana, consciente de que solo con el cliente local su negocio no se sostiene. "Estoy muy feliz de que los negocios vayan a abriendo poco a poco en la isla", reconoce, "pero en mi caso, tengo un restaurante tan grande que no veo el momento de abrirlo todavía, porque al no haber turismo mientras no estén las islas abiertas, con La Gomera sola me parece que no voy a poder mantener a mis empleados".

En consecuencia, esta hostelera ha decidido esperar. En La Gomera están ya en fase 1, las restricciones que pesan sobre su sector son menores que en el resto del país, pero María Méndez dice que mantendrá cerrado su restaurante "por lo menos un par de fases más", hasta que la llamada "nueva normalidad" comience a abrirse camino en el resto del archipiélago y vea más claro el futuro.

En la misma localidad regenta una tienda de ropa Mery Ojeda. Ella sí abrió ayer lunes su negocio y "muy contenta" de hacerlo. "Sabemos que la afluencia de gente no va a ser la normal en esta época, pero es un comienzo. El hecho de que la gente de la isla se pueda mover y venir a Valle Gran Rey pues ya es un aliciente. Todos tenemos que apechugar y nos va a costar mucho salir adelante... pero bueno, es un primer paso", reflexionó Ojeda.