El municipio de Santa Úrsula emprendió hace varios años la senda para convertirse en el municipio más cardioprotegido de Canarias. Tras dotarse de más de una docena de desfibriladores, repartidos por las principales instalaciones públicas del municipio, y emprender una ambiciosa campaña de formación, que llegó a policías locales, estudiantes, docentes, monitores deportivos y ciudadanos en general, el siguiente reto es formar a los casi 200 trabajadores municipales para que estén perfectamente preparados para intervenir ante una parada cardiorrespiratoria.

Este será un paso importante, pero no el último, ya que la aspiración municipal es que la formación llegue a prácticamente la totalidad de la población capaz de adquirir estos conocimientos básicos. El alcalde de Santa Úrsula, Juan Acosta (AISU), que es médico de profesión, destaca la importancia de formar en 2020 a todo el personal del ayuntamiento "tanto en resucitación cardiopulmonar (RCP) como en primeros auxilios". Tras una primera fase en la que se formó a unas 80 personas vinculadas a los espacios donde se ubican los desfibriladores, el objetivo es llegar ahora a más de 200. "Entendemos que es fundamental la actuación en los primeros momentos tras una parada cardiorrespiratoria", insistió el alcalde.

El ayuntamiento ha contado en este proceso con el asesoramiento de la Sociedad Canaria de Cardiología, la ONG Cardiolatidos y el Plan Nacional de Reanimación Cardiopulmonar (RCP).

Uno por cada 1.183 vecinos

Con los 12 equipos desfibriladores semiautomáticos y automáticos (DESA) adquiridos en esta población de 14.200 habitantes, el municipio se sitúa en una ratio de uno de estos dispositivos por cada 1.183 vecinos. Muy por encima de la media nacional, que es de uno por cada 4.600 personas, aproximadamente.

Los desfibriladores han sido estratégicamente colocados en espacios públicos de gran afluencia de personas, como las principales instalaciones deportivas, los colegios, el Instituto de Enseñanza Secundaria, la Policía Local, Protección Civil o el Centro para Enfermos de Alzhéimer, otras Demencias y sus Familiares (CEAF).

Con el reparto adecuado de los desfibriladores y la mejora de la formación de la ciudadanía se trata de lograr una reducción en los tiempos de respuesta en situaciones de parada cardiorrespiratoria, cuyo pronóstico mejora notablemente si se actúa con rapidez.

Compresiones torácicas

Las compresiones torácicas y el uso del desfibrilador son las claves para mejorar el pronóstico de los afectados, según reiteran los expertos que asesoran al consistorio en una mesa intersectorial, "que coordina todo el trabajo de una manera transversal", según explica Juan Acosta. El Ayuntamiento de Santa Úrsula tiene claro que tan importante es disponer de los desfibriladores como saber usarlos y actuar con rapidez antes de la llegada de los recursos sanitarios.

La reanimación cardiopulmonar (RCP) puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte de una persona, por lo que la formación masiva entre la ciudadanía es una inversión de futuro.

El doctor e instructor del Plan Nacional de Reanimación Cardiopulmonar (RCP) José Antonio Jara es uno de los responsables de la formación impartida en Santa Úrsula en los últimos años, tanto a profesionales como a estudiantes. Por su amplia experiencia médica y su cruzada profesional por mejorar el conocimiento de la RCP, Jara siempre recuerda que "la muerte súbita por parada cardiorrespiratoria provoca en el mundo un fallecimiento cada 60 segundos y, aproximadamente, cinco millones de víctimas al año.

Es la primera causa de muerte en el mundo junto con el infarto de miocardio". Y en muchos casos se podría evitar con una actuación rápida de personas correctamente formadas.