El entorno espacial estaba muy embravecido los días previos al gran apagón que sumió en la oscuridad a miles de tinerfeños el 29 de septiembre. Dos días antes, el Sol eyectó un "chorro de protones" hacia la Tierra a través de lo que se denomina agujero coronal solar, una zona oscura de la estrella donde el viento solar adquiere mucha velocidad. Esa rápida eyección de masa acompañada de una alta densidad es la que provocó que en esos días el campo magnético de la Tierra "se comprimiera" y vibrara sin parar hasta tocar la superficie.

A raíz de los datos recabados por un grupo de investigadores de la Universidad de Alcalá -liderados por la responsable del Servicio Nacional de Meteorología Espacial, Consuelo Cid- esa vibración fue especialmente intensa en Tenerife. Lejos de ser una simple casualidad, esa inusual circunstancia se está empezando a barajar como posible causa del origen del cero energético. Y, hasta el momento, es la única respuesta a la coyuntura que dejó a oscuras durante nueve horas a la población de la Isla.

Así lo declara una investigación, adelantada por el diario El País y presentada en el Congreso European Space Weather Week. Bajo el título The space weather environment before the Tenerife blackout, el estudio narra la situación en la que se encontraba el ambiente espacial los días previos al apagón.

Para realizar este estudio, los investigadores recabaron datos de instrumentos de exploración solar y magnética distintos para luego cruzarlos. Entre ellos, los investigadores de la Universidad de Alcalá hicieron uso de las medidas del campo magnético terrestre a nivel de superficie de la estación situada en Güímar, así como observaciones por parte de varios satélites (GOES-14 y 15 de NOAA y ACE de la NASA) que examinan el entorno espacial y monitorizan el flujo de partículas energéticas cerca de nuestro planeta.

En estos días, hubo una "perturbación geomagnética", explica Cid. Básicamente, la magnetosfera había tocado tierra debido a una actividad solar muy potente e inusual, un "choque interplanetario" que provocó que se achatara y generara lo que se conoce como tormenta geomagnética, es decir, de la magnetosfera terrestre. No es común que estas vibraciones ocurran en latitudes tan bajas como en la que se encuentra Canarias.

De hecho, las características auroras boreales que son más comunes en los polos del planeta están provocadas por las fluctuaciones en el campo magnético que protege a la Tierra. Sin embargo, que suceda cerca del ecuador tampoco es extraño. "No es la primera vez que se registra una vibración de la magnetosfera en estas latitudes", afirma la investigadora, que insiste en que en estas zonas existen unas "corrientes alineadas". "No son igual de relevantes que las corrientes aurorales, pero también pueden estar afectados por estos fenómenos de manera transitoria", explica Cid.

Del ecuador solar a Canarias

Para que llegara a las Islas, la eyección de partículas, a su vez, tuvo que haber salido desde la zona interna de la estrella, concretamente en el ecuador solar. Así lo hizo, a través de un agujero coronal solar ubicado en el oeste del Sol. Así lo percibieron en los registros fotográficos del satélite SDO de la NASA, que muestra una gran mancha negra justo en ese lugar del Sol. "Usualmente esta actividad solar se suele ubicar en los polos de la estrella, con lo que se eyecta hacia arriba o hacia abajo", explica el investigador del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) Héctor Socas.

No obstante, al encontrarse en esa singular ubicación, coincidió directamente con la órbita en la que se encuentran girando los planetas. "Todos los agujeros coronales que se encuentren más o menos cerca del centro del disco solar nos llegarán aquí a Canarias", alega el investigador. Luego solo hizo falta que soplara el viento magnético solar cerca del agujero coronal para que un "chorro de partículas de alta velocidad" abandonara el calor solar y tocara de lleno la Tierra.

Después de este primer estallido de protones con una alta densidad y velocidad -y ya con la capa magnética que rodea la Tierra totalmente comprimida- el viento solar continuó emanando del Sol con distintas intensidades los siguientes días. Este fenómeno provocó que la capa magnética continuara vibrando ininterrumpidamente durante los dos días siguientes (28 y 29 de septiembre).

Esas oscilaciones tan cercanas a la superficie terrestre se suelen relacionar, como explican los investigadores, con averías en las corrientes inducidas que afectan a los transformadores energéticos terrestres y, consecuentemente, provocan fallos en las redes eléctricas. A pesar de esta posible relación causal entre el fenómeno y el cero energético de Tenerife, la científica se muestra cautelosa. De hecho, los resultados todavía son preliminares y por ello están trabajando intensamente para analizar más datos de otros instrumentos.

"No lo sabemos a ciencia cierta"

"No somos expertos y no sabemos a ciencia cierta si esta fue la causa del apagón", insiste Cid, que, no obstante, indica que "puede ser una causa". "No se ha dado a la población ninguna explicación y, por otra parte, lo que vemos en los datos es que la situación de nuestro entorno espacial era anómala. No se trató de un evento extremo en cuanto a su intensidad pero sí fue muy prolongado en el tiempo", concluye la investigadora.

Hasta el momento, lo único que ha podido comprobar el grupo de investigación es que fue un viento solar muy veloz el que provocó estos cambios en la magnetosfera y perturbó el entorno espacial. Sin embargo, puede que no fuera la única actividad solar que ocurriera esos días. Según Cid, "pudo haber un fenómeno previo" que haya coincidido en el tiempo con ese viento solar y que lo haya hecho más potente.

La pista que les está guiando hacia esa teoría es justamente el registro de "un pico de densidad compuesto por protones más alto de lo normal", concretamente, de 40 partículas por centímetro cúbico. "Hemos estudiado la composición del viento solar que llegó hasta esta latitud, y creemos que puede contener hierro, oxígeno y silicio, lo que significaría que también hubo una erupción solar", afirma Cid. Será en esta hipótesis en la que trabaje el grupo de científicos, pero para corroborarla deberán esperar a que se publiquen los datos definitivos sobre esos tres días que sumieron a miles de tinerfeños en la noche.