El IES Canarias Cabrera Pinto sacó a la calle el pasado domingo, durante la celebración del Corpus Christi lagunero, la petición de mejora de sus canchas. Lo hizo a través de una recogida de firmas impulsada y realizada por la asociación de madres y padres de alumnos de este centro, en colaboración con los estudiantes y profesores.

Según expone el documento de la recogida de apoyos, la reclamación es para que la Consejería de Educación del Gobierno de Canarias, "de forma urgente", empiece el diseño de un nuevo espacio deportivo cubierto y de un salón de actos, "sustituyendo las actuales canchas, completamente obsoletas, con falta de seguridad para la salud e impracticables, que permanecen en la misma situación desde hace más de 30 años". Buscan, por tanto, que la iniciativa se dote del presupuesto necesario y que se ejecute "a la mayor brevedad posible".

Más en detalle, el objetivo es adecentar al menos una parte de las canchas, que suelen ser utilizadas para las clases de educación física, actividades educativas o actos, entre otros usos. Debido a que no están cubiertas, toda actividad debe de ser suspendida cuando llueve. Se trata de la misma demanda que han venido manteniendo desde hace años diferentes colegios del municipio, como son los de Las Mercedes, Camino La Villa, El Ortigal y Camino Largo, y que todavía no ha sido resuelta.

Esas otras actuaciones fueron anunciadas en mayo de 2017 por el anterior alcalde. Fue en una rueda de prensa en la que estuvo acompañado por directores y representantes de los centros y por los concejales de Educación y Obras. En aquella ocasión se dieron estimaciones del coste de cada obra: unos 500.000 euros la del Camino de La Villa, alrededor de 300.000 la del Camino Largo y unos 500.000 cada una de las restantes. El total: alrededor de dos millones de euros.

El argumento que han expuesto hasta ahora desde el consistorio lagunero para que no hayan salido adelante estas mejoras en los colegios es que la nueva ley de contratos del sector público ha supuesto dificultades al ayuntamiento, que, al final, se han traducido en que los trabajos se hayan demorado.