Ha pasado un mes desde que agentes del Grupo de Medio Ambiente (GRUMA) del Cuerpo General de la Policía Canaria (CGPC) llevaran a cabo una investigación en la que, posteriormente, denunciaron a un vecino de la isla de Tenerife como presunto autor de un delito de maltrato animal a 33 perros a los que tenía hacinados en una finca.

Hoy, un mes después, la Asociación de Defensa y Protectora de Animales de Canarias (Adepac) ha compartido en sus redes sociales un vídeo en el que se observa las tremendas secuelas que padecen algunos de los canes rescatados. En el vídeo se observa a una perra, temerosa, que ni siquiera "tiene ganas de que le hagan mimos": "Está destrozada", señalan en el vídeo de esta asociación que se ha hecho cargo de la recuperación de la treintena de perros.

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Maltrato animal en Tenerife El Día

En un operativo, los agentes detectaron a un varón que transportaba siete canes en el interior de un armazón metálico, de construcción casera, y que presentaba salientes punzantes y terminaciones cortantes, constituyendo un potencial peligro para los animales que viajaban en su interior.

Lamentable estado de salud

Los agentes detallaron que algunos de estos animales sufrían deshidratación, delgadez, conjuntivitis, uñas largas o verrugas, hechos que, unidos a la actitud e información extraída al conductor, en relación a una finca en la que tenía alrededor de 30 perros más, y ante las sospechas de que estos se encontraran en malas condiciones, provocó que se iniciara una investigación para determinar la ubicación de la parcela y confirmar las sospechas.

Los agentes, junto con un facultativo veterinario de la Adepac, que emitió el correspondiente informe pericial y personal, llevaron a cabo una inspección de la finca, donde hallaron 33 perros, uno de ellos muerto y en avanzado estado de descomposición, y el resto en una evidente situación de abandono, hacinados en jaulas de pequeñas dimensiones dispuestas en el interior de una estructura formada por planchas metálicas y de madera superpuestas, y habitáculos que carecían de limpieza y que contenían gran cantidad de heces, orines y restos óseos de otros perros fallecidos.

Maltrato animal en Tenerife

Muchos de los perros sufrían lesiones e infecciones como caquexia, filaria, deshidratación severa, otitis, conjuntivitis, alopecias, palidez de mucosas, fiebre, parásitos, tumores, heridas producidas por objetos cortantes. Varios de ellos fueron ingresados de urgencia y, en algunos casos, con la necesidad de un tratamiento de transfusión de sangre, resultando dos de ellos fallecidos al día siguiente de ser rescatados en las condiciones higiénico-sanitarias bajo las que se hallaban.