Otras ocho jóvenes afirmaron ayer ante la Audiencia de Las Palmas que posaron en actitudes lésbicas y provocativas cuando eran menores de edad por indicación del fotógrafo de Gran Canaria que se enfrenta a 187 años de prisión por delitos de pornografía infantil y corrupción. En la cuarta sesión del juicio que se celebra contra el también director de una agencia de modelos llamada «Moodels Canarias», Luis Jorge M.E., de 55 años, una testigo manifestó que tenía 17 años cuando ella consintió que le hiciera fotos de «desnudos artísticos» por las que cobró 30 euros y que su madre no puso objeciones.

Explicó que acudió a varias sesiones al estudio del procesado en un garaje en el barrio de El Batán de Las Palmas y que alguna vez coincidió con otras chicas y que eran ellas las que le solicitaban que les tomara imágenes sin ropa.

Las otras siete denunciantes que declararon ayer, al igual que el resto que ya ha depuesto ante el tribunal, dijeron, sin embargo, que era el acusado quien las «envolvía» y convencía para que posaran desnudas porque, de lo contrario, no llegarían a ser modelos, y terminaban haciendo lo que les pedía pese a sentirse incómodas.

Una joven comentó que el acusado se puso en contacto con ella porque había visto fotos suyas en las redes sociales y que asistió a dos sesiones y en la segunda la «cosa se fue de lugar», ya que logró que se quitara la ropa, pese a que su madre había autorizado que la fotografiaran, pero no desnuda. Según su relato, le dijo que se imaginara que tenía relaciones sexuales con su novio. La denunciante aseguró que se sintió intimidada y que hacía todo lo que le pedía para terminar cuanto antes y marcharse. Indicó que, de una foto, en la que estaba de espaldas y desnuda, eliminó su tatuaje para que no se la reconociera y la subió a una página de internet de fotógrafos profesionales sin su permiso.

Otra afectada afirmó que, en su caso, el acusado le dijo que como no tenía suficiente altura debía hacerse fotos sin ropa y con poses lésbicas «para llegar a algo», a lo que terminó accediendo. Señaló que le pedía que pusiera cara de «estar cachonda como una mona» y que le hizo posar con chupa-chups, la camiseta mojada y sin sujetador y desnuda con las piernas abiertas, fotos que le decía que se iban a publicar en una revista y que no le envió nunca porque era menor. Algunas de las testigos no han querido ver al acusado, por lo que en esas ocasiones Luis Jorge M.E. estuvo tras un biombo.

Una de estas jóvenes afirmó que el acusado le pidió que pusiera cara de «gata en celo, de cachonda perdida».