Funcionarios de la cárcel de Brieva (Ávila) encontraban muerta en la mañana de ayer en su celda, colgada de un cinturón de tela atado a la ventana, a Rosario Porto, madre de Asunta Basterra, condenada a 18 años por el asesinato de la niña en A Coruña.

Fuentes penitenciarias informarton que durante el recuento de la mañana los funcionarios echaron echado en falta a la reclusa y cuando han acudido a su celda la han encontrado ahorcada. Tras el hallazgo, dieron aviso al 112 y los servicios de emergencia le practicaron maniobras de reanimación pero con las que solo pudieron certificar su muerte. Porto tenía toda la celda recogida, incluidas sus pertenencias, lo que hace pensar que tenía meditada su decisión, según las fuentes.

Rosario Porto, abogada, cumplía la pena por el asesinato de su hija adoptiva y ya había cumplido 7 años en tres prisiones, las de A Lama (Pontevedra), Teixeiro (A Coruña) y Brieva (Ávila). Ya había intentado quitarse la vida en otras ocasiones. El 12 de noviembre de 2018 se enroscó un cordón alrededor del cuello estando en la ducha y llamó a voces a su compañera de celda alertándola de lo que estaba haciendo, por lo que los funcionarios acudieron de inmediato y el episodio terminó ahí.

Aunque no quedó acreditado que quisiera acabar con su vida, a partir de ese momento se intensificó el protocolo de prevención de suicidios y se le asignó a otra interna de confianza.

Medidas de prevención

Previamente también había tratado de autolesionarse y el 24 de febrero de 2017 fue ingresada en el hospital tras ingerir un medicamento que tomaba habitualmente por prescripción médica. Precisamente por ello, en los distintos centros penitenciarios por los que ha pasado se le han aplicado protocolos antisuicidio en diversas ocasiones, tres meses en A Lama y tres en Teixeiro. En la cárcel de Brieva siempre que estuvo en la enfermería lo hizo acompañada por una reclusa mientras se le aplicaba dicho protocolo.

El pasado mes de marzo, Rosario Porto, condenada junto a su marido por el asesinato de su hija adoptiva, Asunta Basterra, fue trasladada hasta la prisión de Brieva, en Ávila, y su estado "mejoró" ya que se integró plenamente con el resto de internas, además de que estaba "muy bien valorada por ellas”. Esta mejora permitió levantar el protocolo antisuicidio a Rosario Porto.

Fuentes penitenciarias precisaban, no obstante, que no se puede estar aplicando estas medidas de forma indefinida porque supone estar en la enfermería la mayor parte del tiempo además de un castigo añadido a la propia privación de libertad.

Los funcionarios del Centro Penitenciario de Brieva (Ávila) se mostraban ayer sorprendidos por la muerte de Rosario Porto, que ha sido encontrada esta mañana en su celda colgada de un cinturón de tela atado a la ventana, ya que parecía llevar bien la situación y no parecía estar deprimida.

Porto, condenada a 18 años de cárcel por el asesinato de su hija de 12 años, Asunta Basterra, en septiembre de 2013, fue trasladada en marzo a la prisión abulense en la que también se encuentra Iñaki Urdangarin y había sido instalada en una celda “normal” de un módulo “normal”, según las fuentes penitenciarias de Brieva.

Había hecho amigas

Rosario Porto, añadieron ayer las mismas fuemtes, había hecho un grupo de amigas con las que tenía una “buena relación”, sin que tuviera una vigilancia, en principio, extraordinaria. Por ello, las fuentes se mostraron muy sorprendidas por el fatal desenlace que, aseguraban, no se les pasaba por la cabeza que pudiera producirse.

El capellán del centro penitenciario, Jesús Chicui Galán, reconocía a la agencia Efe haberse enterado del triste suceso a través de una funcionaria que se puso en contacto con él, ya que lleva tiempo sin poder acceder a la cárcel debido a la situación derivada de la covid-19 y no había tenido contacto con Porto.

Protocolo antisuicidio para el exmarido

La cárcel de Teixeiro (A Coruña), en la que también estuvo presa Rosario Porto, acordaba ayer aplicar el protocolo antisuicidios a Alfonso Basterra, su exmarido, después de conocerse la noticia que ella se había quitado la vida. La decisión no se adoptó de inmediato, sino tras una valoración, y siempre como medida preventiva. "No porque manifieste algún tipo de conducta preocupante", señalaban, si bien los funcionarios confirmaban que había quedado “muy impresionado” por la noticia. Aunque ninguno de los dos ha reconocido a lo largo de estos siete años su participación en el crimen, la Audiencia Provincial de A Coruña consideró probado que ambos, de común acuerdo, suministraron repetidamente a la niña, al menos tres meses antes del fallecimiento, un medicamento que contenía lorazepam.