La segunda sesión del juicio que, a puerta cerrada, celebra la Sección Quinta de la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife por la presunta comisión de los delitos de abusos sexuales, distribución de pornografía infantil, exhibicionismo y provocación sexual así como corrupción de menores de edad que se imputan al fotógrafo Pablo Jesús H. G., durante meses antes de ser detenido a finales de noviembre de 2017, sirvió para que declararan en calidad de testigos cinco de los jóvenes que mantuvieron contacto con el acusado cuando eran menores de edad y con cuyo relato se fundamentó la denuncia y la investigación por la que fue detenido y encarcelado, hasta el día de hoy, el fotógrafo.

Fuentes jurídicas en este procedimiento señalaron que los testigos que declararon en la sesión de ayer afirmaron que el fotógrafo "siempre les pidió permiso para hacerles fotografías, incluidas aquellas en las que aparecen desnudos" e indicaron que estas siempre fueron imágenes que tomó Pablo Jesús "con poses artísticas, ni eróticas ni con contenido sexual".

Uno tras otro, siempre según la misma fuente, señalaron que "Pablo Jesús siempre nos pedía permiso para hacernos fotografías si debíamos estar desnudos, nunca nos sentimos forzados, ni nos obligo a nada que no quisiéramos hacer", señaló uno de ellos en particular. "Solo nos indicaba cómo ponernos o cómo colocar la cabeza o las manos, si debíamos adelantar una pierna, nos daba estas instrucciones para que las fotos fueran lo más profesionales posibles", añadió otro de los testigos.

Un tercer joven, hoy mayor de edad pero en el momento en el que mantuvo contacto con el fotógrafo tenía 16 años, fue preguntado por las presuntas relaciones sexuales que habría mantenido con el hoy acusado. Y no las negó ni dijo que hubieran sido forzadas, todo lo contrario. A pregunta de la Fiscalía, el joven aseveró que "las relaciones sexuales fueron consentidas".

Otro de los testigos aseguró que "había intercambiado material fotográfico a través de redes sociales o por Whatsapp con el hoy acusado, pero ni siquiera se vio con el fotógrafo en persona" y admitió "que se intercambiaron fotos en las que mostraban sus partes íntimas, en las que se veían ellos mismos" pero nunca "manejaron o distribuyeron imágenes de terceros o enviaron las propias a terceros", según destacaron las fuentes consultadas.

La Fiscalía, en su escrito de acusación preliminar, ha solicitado que se le imponga al investigado una pena de 85 años de prisión por la suma de todos los delitos que acumula con la agravante de que Pablo Jesús H. G. ya fue condenado con sentencia en firme por hechos de similar naturaleza, por lo que se da una circunstancia de reincidencia a efectos del procedimiento penal.

A pesar de la cuantía de años solicitada por el Ministerio Público, el acusado solo cumpliría, en caso de ser condenado, 33 años de prisión que sería el triple de la pena solicitada por el delito más grave, que en este caso sería 11 años por un delito de abusos sexuales continuados a un menor de 13 años.

Durante la primera sesión del juicio, la madre de uno de los primeros testigos en declarar señaló a El Día que a su hijo "le ofrecía 20 euros si le llevaba al fotógrafo a otros jóvenes para que pudiera hacerles una sesión de fotos", pero aseguró a este periódico que su hijo no accedió. A pesar de ello, incidió en que el hoy acusado llamaba de "forma insistente" a su hijo hasta que el chico le dijo que "no tenía tiempo ni para más fotografías ni para buscar a ningún otro joven porque tenía mucho que estudiar para entrar en la universidad".

En la jornada de hoy está previsto que declaren los otros cuatro jóvenes que restan del total de los trece citados en la vista oral y se continuará con la toma de declaración de testigos pertenecientes a la Guardia Civil, entre otros.

El letrado de la defensa, Ladislao Díaz, señaló que "por ahora, ninguna de las personas que han acudido como testigo mantienen que Pablo Jesús les obligara a realizar nada en lo que los menores en aquel momento y hoy mayores de edad, no estuvieran de acuerdo".