El Hoyo del Agua fue durante años una fuente de riqueza y prosperidad para algunos agricultores de las medianías altas de Adeje. Ahí se excavaron las cuevas de las que se extrajo el jable para muchas huertas de la mencionada zona de este municipio del Sur de Tenerife. Una de esas múltiples cavidades de aprovechamiento agrícola fue el pasado martes por la tarde el escenario de un horrible crimen. El alemán Thomas Handrick, de 43 años de edad, asesinó a su mujer, Silvia, de 39, y a su hijo de 10 años. Y el trágico suceso fue presenciado por su otro hijo, Jonas, que huyó despavorido en dirección a la costa, sin un rumbo fijo. Su objetivo era encontrar a alguien que lo llevara inmediatamente a Alemania, su país de origen.

Thomas, de una estatura normal, delgado y con gafas, había comprado hacía relativamente poco tiempo una vivienda, la número 22, en la calle Ramón y Cajal, en el casco urbano de Adeje. La mayoría de los vecinos no lo conocían ni habían hablado nunca con él. Algunos reconocieron que lo veían en solitario en la terraza tomando el sol. Otros explicaron que utilizaba una moto para desplazarse. Pero siempre con una conducta "normal", sin que se detectara nada extraño. Según el alcalde, José Miguel Rodríguez Fraga, no figura empadronado. Pero eso no es extraño en un municipio turístico como Adeje, con muchos residentes foráneos que tienen una gran movilidad.

Días atrás, como solían hacer en periodos de vacaciones, a la Isla llegaron su mujer y sus dos hijos. El ahora acusado y sus familiares se subieron en su Volkswagen Caddy y se dirigieron hasta los altos del término municipal "para dar una caminata". Llegaron hasta La Quinta y andaron en dirección Norte varios kilómetros, hasta un paraje de monte bajo y huertas.

Se alejaron muy poco del camino que discurre por el lugar. Y en una cueva se produjo la tragedia por circunstancias que ahora investigan algunos de los mejores expertos en Canarias de la Guardia Civil en delitos contra personas.

El hijo más pequeño de Thomas y Silvia, Jonas, salió corriendo y, de esa manera, pudo salvar su vida y alertar de una terrible agresión.

Una de las personas consultadas definió al pequeño como "un niño muy listo, que nos está dando toda la información que puede". De piel muy blanca y pelirrojo, el menor caminó hacia la costa por la carretera que conduce desde La Quinta hasta Las Moraditas y el polígono industrial de La Atalaya (Adeje). Y allí lo recogió una vecina, que lo llevó a la sede de la Policía Local. Estaba muy asustado y, según las autoridades locales, en estado de conmoción.

Poco después, agentes municipales apresaron a Thomas Handrick en su vivienda. Supuestamente, "estaba en su mundo, como ido", según otra de las personas consultadas. Reconoció que tuvo una discusión con su mujer, pero no dijo en qué lugar se separó de Silvia y su hijo mayor. Y tampoco pudo explicar por qué no estaba buscando a su otro hijo, Jonas.

En el momento de su arresto, Thomas tenía magulladuras y lesiones en las manos, los brazos y la cara. El ahora acusado alegó que se había caído. Y que, al llegar a su casa, tomó pastillas y se durmió. La localización de su mujer y su hijo se centraron ayer en los alrededores de La Quinta, Taucho, Los Picos o Aponte, con helicópteros y diferentes recursos de búsqueda a pie, entre ellos varias unidades caninas.

La geolocalización del teléfono móvil del menor de edad fallecido indicaba a los investigadores que el terminal permanecía en un lugar de los altos de Adeje. Y no había cambiado de lugar desde la hora aproximada en que se produjo la agresión. Poco después de las 14:45 horas saltaba el revuelto en el caserío de La Quinta. La mayoría de guardias civiles de paisano y uniforme se trasladaban desde el puesto de mando avanzado hasta un enclave de mayor altitud.

Un vecino conocedor de la zona que paseaba con su perro encontró en el interior de una cueva de jable los cadáveres de la mujer y su hijo, que eran buscados desde la tarde del pasado martes. Según personas conocedoras del enclave, este testigo no necesitó alejarse mucho de la carretera para hallar los cuerpos.

Desde que se verificó la localización de las víctimas, los mandos de la Guardia Civil que coordinaban el dispositivo de búsqueda dieron órdenes para que todos aquellos recursos de seguridad y emergencias que no fueran necesarios se retiraran a sus bases.

En ese momento, la labor fundamental quedó asignada exclusivamente a los agentes de la Unidad Orgánica de Policía Judicial y el Laboratorio de Criminalística del Instituto Armado, que llegaron a La Quinta varias horas antes y empezaron a preparar sus equipos de inspección fotográfica y científica.

En principio, el relato del hijo menor de Thomas Handrick y Silvia plantea una agresión a golpes por parte de su progenitor hacia su madre. Y, posteriormente, el varón adulto se cebó con el hijo mayor de la pareja.

Sin embargo, las circunstancias reales en las que se produjo la muerte violenta de la mujer y su hijo mayor se podrán conocer una vez que se hagan las autopsias en el Instituto de Medicina Legal de Santa Cruz de Tenerife en la jornada de hoy.