Homenaje de sus amigos al periodista, poeta y activista social Julián Ayala
300 personas se reunieron en el Casino de La Laguna en torno a la figura del ‘joven rebelde’ de 83 intensos años recién cumplidos
«La esperanza es lo último que se vende». Esta última frase de su discurso de agradecimiento traduce el momento vital de Julián Ayala Armas (Santa Cruz de Tenerife, 1941) un joven rebelde a sus intensos 83 años recién cumplidos, el pasado 28 de enero. Un día antes recibía un homenaje –siempre mejor en vida– en el Casino de La Laguna organizado por un autodenominado colectivo de veteranos. No faltaron familia, amigo y compañeros de lucha de este periodista, poeta, activista social incansable y referente de la izquierda. Antes, Enrique Caro, amigo, el periodista Cirilo Leal y su nieto Alejandro Llombet desgranaron los distintos perfiles de Julián hasta completar su figura.
A nivel cultural, desde las páginas de la revista Disenso que dirigió, como político y militante con especial relevancia en su etapa (1979-1983) como concejal de Unión del Pueblo Canario (UPC) en el Ayuntamiento de Santa Cruz, en cuyo barrio de El Toscal vive. En su arista de luchador por los débiles y las causas justas como refleja su implicación contra el Mamotreto de Las Teresitas y en pro de unas pensiones dignas. Su esposa, Montse, Alejandro y su hija, Ágatha lo arroparon en un acto muy emotivo. Agustín Millares Cantero, hijo del poeta gran canario Agustín Millares Sall, hizo retumbar las paredes de la vieja institución lagunera con su profunda voz al recitar unos versos de reconocimiento.
Todos defendieron con su palabra lo que fueron a hacer allí más de 300 personas: rendir tributo a Julián. Este, lúcido y siempre humilde, recibió los agasajos con la naturalidad de toda su vida. Mantiene intacta su natural rebeldía como un conversador nato que salpica la charla de multitud de anécdotas, recuerdos y vivencias.
Hubo momentos especiales como el del discurso de Montse o la abrumadora simpleza del amor de un hijo-nieto por su padre-abuelo.
Julián Ayala fue, es y será un periodista. Desde la redacción de El Día, aunque lo pasó muy mal en el plano laboral y luego, en Televisión Española en Canarias
Los seis bloques en los que dividió su discurso aclaran mucho: Palabras, palabras, palabras...; Los rebeldes y los mansos; Hijos del azar;, La aspiración principal; Melancolía resistente y Nosotros, los de entonces. Para acabar, nada mejor que la frase del inicio: «La esperanza es lo último que se vende».
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