Gratitud en medio del dolor

La familia del matrimonio y sus hijas que perdieron la vida en Rumanía en un accidente de tráfico agradece en una carta las muestras de amor recibidas estos días

La familia unos días antes de la tragedia en Rumanía. | |

La familia unos días antes de la tragedia en Rumanía. | | / FOTO CEDIDA POR LA FAMILIA

Inmersos aún en el dolor, la familia del matrimonio grancanario que falleció con sus dos hijas en un accidente de tráfico en Rumanía el pasado cuatro de diciembre sacó fuerza este sábado para agradecer públicamente con una carta [se publica íntegramente en estas páginas] las muestras de amor y cariño recibidas de todos los rincones del Archipiélago y del territorio español. La familia, que aún está a la espera de recibir los cuerpos de Pepe, Mari Carmen, Alicia y Cristina para darles el último adiós, pide intimidad para poder despedirse de ellos. «Somos una familia normal que se encuentra inmersa en una horrible pesadilla. Nos queda mucho camino por recorrer para poder convivir con ello. Nos gustaría hacerlo en la intimidad, desde la calma y el sosiego que sea posible», escriben.

Sus seres queridos piden intimidad para despedir a Pepe, Mari Carmen, Alicia y Cristina

Los cuerpos del matrimonio y sus dos hijas saldrán este lunes desde Bucarest en un avión de carga con destino a Madrid, a donde llegarán el martes. Y desde allí partirán rumbo a Gran Canaria, aún conmocionada por la tragedia sufrida por la familia, que había viajado a Rumanía a disfrutar de unos días de descanso aprovechando que su hija mayor, Alicia, estudiante de último grado de Educación Primaria en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) hacia un Erasmus en la Universidad Lucian Blaga, en la ciudad de Sibiu. 

«No existen palabras para agradecer el enorme amor que nos ha rodeado estos días a lo largo del Archipiélago y del territorio nacional»

La familia asegura en la carta que se encuentra «conmovida y sobrecogida» ante tantas muestras de cariño recibidas en estos duros momentos. «Nuestros corazones han sentido el consuelo de cada oración, pensamiento, emoción y lágrima derramada», afirman en la misiva, que comienza con un «Querida Canarias, querida Gran Canaria». 

Lista infinita

«La lista de agradecimientos es infinita», puntualizan, aunque han querido agradecer expresamente la labor de algunas personas e instituciones que desde el minuto uno les han reconfortado y les han ayudado a que Pepe, Mari Carmen, Alicia y Cristina regresen a casa lo antes posible. 

Los cuerpos partirán el lunes desde Bucarest con destino a Madrid, y después hacia Gran Canaria

En este sentido, dan las gracias al departamento de Internacionalización de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), «que no ha escatimado recursos» y cuyo responsable Jin Taira se encuentra en la localidad de Sibiu acompañando a los familiares del matrimonio fallecido;a Anca Jalba, delegada del programa de Erasmus de la Universidad Lucian Blaga donde estudiaba la joven Alicia y que, según sus palabras, ha resultado ser «un ángel» y un «miembro más de la familia» cuando se tuvieron que tomar «decisiones muy duras»; a la propia comunidad Erasmus de dicha universidad con la que Alicia compartía clases e ilusiones y que han sentido el dolor de la familia como propio; al departamento de Policía de Sibiu, liderado por el jefe Maxim Bodgan, que ha ayudado a aclarar el caso;a la Jefatura Superior de Policía de Canaria, que les ha prestado todos los medios y recursos necesarios que han necesitado y al Gobierno de Canarias y a la Embajada de España en Rumanía, por su colaboración en la agilización de la repatriación de la familia al completo. También a la Diócesis de Canarias, que se ha puesto a su disposición.

«A todos, desde lo más profundo de nuestros corazones, incapaces de encontrar las palabras adecuadas para responder a tanto cariño: Gracias, gracias, gracias, gracias», finalizan los familiares.

La tragedia sobre la familia Rodríguez Rodríguez se cernía el pasado domingo 4 cuando el conductor rumano Ion Sporici, de 63 años y residente en Italia, adelantó en una curva de la carretera DN1, una de las principales vías que une a la capital rumana, Bucarest, con Hungría, y chocó de frente con el vehículo que el matrimonio había alquilado para ver el entorno donde residía Alicia, de 21 años, y que venía en sentido contrario. La familia regresaba a Sibiu tras un día de turismo en Brasov.

Impacto mortal

El impacto fue tal que José, Mari Carmen y Alicia fallecieron en el acto, mientras que la pequeña Cristina, de 15 años, logró sobrevivir, aunque en estado de coma, hasta el pasado miércoles.

El conductor rumano que causó el trágico final de la familia de Hoya Andrea, barrio de Las Palmas de Gran Canaria donde la familia residía, fue trasladado a un hospital de Sibiu y a los dos días fue dado de alta. Probablemente el coche con el que circulaba, un BMW Serie 5, de alta cilindrada y potencia, le salvó de la muerte al impactar con el Dacia Logan de la familia grancanaria.

En un primer momento, Ion Sporici, fue acusado de un delito de homicidio involuntario pero tras las pesquisas policiales, sus declaraciones y las de los testigos presenciales fue ingresado este jueves en prisión provisional, donde pasará al menos 30 días, ante un posible delito de homicidio con premeditación lo que supone ser acusado de un delito mayor.

Según las investigaciones, Ion Sporici no respetó la señalización que impedía el adelantamiento y que estaba señalizada con una doble línea continua, con guardias muertos que sobresalen del asfalto y con señales verticales al tratarse de un tramo en el que hay varias curvas debido a que se debe sortear una montaña. 

Además, la velocidad máxima permitida en ese tramo de la carretera nacional donde se produjo la colisión - kilómetro 294 de la DN1- es de 50 kilómetros por hora debido a las curvas y a las retenciones que soporta la vía dado que se trata de una de las principales carreteras del país.

El propio conductor, que había ido a pasar unos días a su país, reconoció a la policía que llevaba 30 horas al volante y que incurrió en una infracción al adelantar en una curva en la que no se debe.

Condolencias

Desde que se conoció el trágico desenlace del accidente de tráfico, la familia de Pepe, Mari Carmen, Alicia y Cristina ha recibido numerosas muestras de cariño y solidaridad, empezando por los propios vecinos de Hoya Andrea, la comunidad educativa del colegio San Juan Bosco, donde ambas hermanas habían estudiado; Cristina cursaba este año cuarto de la ESO y la ULPGC, en la que Alicia terminaba la carrera. Vecinos y comunidades educativas se encuentran aún consternados ante la pérdida de dos jóvenes, con un marcado acento solidario y ecologista, llenas de ilusiones y proyectos de vida truncados por un adelantamiento indebido.

La Facultad de Educación de la UPGC, donde estudiaba Alicia, realiza este lunes un minuto de silencio en su memoria, padres y hermana

Precisamente, la Facultad de Ciencias de la Educación de la ULPGC ha organizado para el lunes, a las 12:00 horas, un minuto de silencio en los jardines del centro universitario, en el Obelisco, en recuerdo de la familia, donde se instalará un libro de condolencias para que estudiantes y profesores puedan dejar sus mensajes de afecto. Asimismo, los compañeros de estudios de Alicia soltarán globos biodegradables el martes en su memoria.

Las muestras de cariño hacia la familia de Pepe y Mari Carmen han llegado de todas partes. Hoy mismo, la Unión Deportiva honrará su memoria con un minuto de silencio antes del partido contra el Albacete dada la afición de las hermanas, que eran abonadas y seguidoras del club.

El viernes, los compañeros de la residencia de Alicia, en Sibiu; en la que también hay estudiantes canarios de Erasmus, rindieron un homenaje a la familia. Los residentes están siendo un gran apoyo para los familiares desplazados a Rumanía, entre los que se encuentran los dos hijos de Pepe de un anterior matrimonio y una abuela. 

El suceso ha conmovido en Canarias pero también en Rumanía, y ha sido seguido con mucho interés por los medios de comunicación. No solo por la tragedia que se ha cernido sobre la familia Rodríguez Rodríguez, sino por el alto índice de siniestralidad en carretera que hay en el país lo que podría suponer un antes y un después a la hora de endurecer las penas de este tipo de delitos.

La familia, mientras tanto, ha demostrado una gran generosidad en medio del sufrimiento y el dolor al donar los órganos de la pequeña Cristina para salvar otras vidas en Rumania, Suiza y Alemania.

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Querida Canarias, querida Gran Canaria:

No necesitamos explicar con palabras por lo que está pasando nuestra familia en esta dura prueba que nos ha tocado sobrevivir porque sabemos que cada uno de ustedes la ha sentido como propia.

Tampoco existen palabras para agradecer el enorme amor que nos ha rodeado en estos días. Nuestros corazones han sentido el consuelo de cada oración, pensamiento, emoción y lágrima derramada por Pepe, Mari Carmen, Alicia y Cristina a lo largo y ancho del Archipiélago y del resto del Territorio Nacional. Estamos conmovidos y sobrecogidos por tanto cariño y es más que un pequeño consuelo ver cómo las vidas de nuestros queridos nuevos ángeles no ha sido en vano, que su recuerdo, sonrisa y buen hacer quedarán en la memoria de muchos.

Nuestra lista de agradecimientos es infinita pues, como decimos, nos hemos sentido apoyados y queridos por miles, millones, en estas duras circunstancias. Pero sí nos gustaría destacar la labor de personas e instituciones entregadas en ayudarnos a superar los primeros pasos de un trance que nunca superaremos y con el que, a partir de ahora, deberemos aprender a convivir. Todas las listas tienen un principio, pero esta es diferente porque no tiene final. Todos han sido importantes y fundamentales para que Pepe, Mari Carmen, Alicia y Cristina vuelvan a casa.

Queremos agradecer desde aquí la labor desarrollada por el departamento de Internacionalización de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. No han escatimado recursos para la atención de los hijos de Pepe en Sibiu, asignando a un ángel llamada Anca Jalba, delegada del programa de Erasmus de la Universidad Lucian Blaga, que no los ha dejado solos en unos momentos donde se tomaron decisiones muy difíciles y que se ha convertido en un miembro más de la familia. 

En Sibiu se han encontrado con la comunidad del programa Erasmus, la familia de Alicia allí, entre los que se encuentran algunos amigos que han caminado juntos desde la infancia. Todos ellos han mostrado su afecto y cariño llevando este proceso como lo que es, una pérdida propia.

También queremos destacar el impresionante trabajo humano y policial del Departamento de Policía de Sibiu, liderado por el jefe Maxim Bodgan y su equipo, que han estado muchos días sin dormir llevando a cabo una investigación impresionante del suceso para que el único responsable del mismo sea presentado ante las autoridades judiciales con todas las garantías para que la justicia rumana ejerza la acción penal que procede.

Además, hemos contado con el apoyo de la Jefatura Superior de Policía de Canarias, desde el primero al último de sus integrantes nos han mostrado su apoyo y aliento, poniendo a nuestra disposición todos los medios y recursos que hemos necesitado.

En Gran Canaria hemos trabajado día y noche para agilizar la repatriación de nuestros familiares, contando con la inestimable colaboración del Gobierno de Canarias y la Embajada de España en Rumanía que han sido los portavoces de todos los canarios que nos han querido ayudar desde la distancia mostrando su solidaridad y acelerando lo humanamente posible todos los trámites burocráticos.

Extensible el agradecimiento a la Diócesis de Canarias, que se ha puesto a nuestra disposición para todo lo que fuera necesario.

Y por supuesto a todos los canarios y a toda la gente de bien de todos los rincones del mundo que nos ha acompañado en estos momentos.

Somos una familia normal que se encuentra inmersa en una horrible pesadilla. Nos queda mucho camino por recorrer para aprender a convivir con ello. Nos gustaría hacerlo en la intimidad, desde la calma y el sosiego que sea posible.

Es por ello que, sobre todo a los medios de comunicación a quienes agradecemos su interés por transmitir el cariño de todo un pueblo, les rogamos nos dejen nuestro espacio e intimidad en los momentos en los que despidamos a Pepe, Mari Carmen, Alicia y Cristina. No nos gustaría que su adiós sea un circo, no se lo merecen, no nos lo merecemos. A la vista está que su vida fue más importante que su muerte, y su historia le pertenece a su familia, compañeros, amigos y vecinos que acudirán a despedirlos. Permitan por favor que lo hagan en intimidad. Serán recordados con cariño, sonrisas, lágrimas pero sobre todo con mucho mucho amor.

A todos, desde lo más profundo de nuestros corazones, incapaces de encontrar las palabras adecuadas para responder a tanto cariño: Gracias, gracias, gracias, gracias.

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