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La Fiscalía pide 4 años de cárcel por robo en una vivienda habitada en Geneto

El acusado es un ocupa, que ahora está en prisión, y a quien la víctima ayudó varias veces con productos alimenticios, algún electrodoméstico y regalos para sus hijos

Palacio de Justicia de Santa Cruz de Tenerife. E. D.

La fiscal Jezabel Criado solicita cuatro años de prisión para un joven como presunto autor de un robo con fuerza en una casa habitada en la zona de Geneto, en el municipio de La Laguna. El acusado, que se encuentra en prisión por otra infracción penal y que tenía antecedentes por delitos contra el patrimonio, vivía como ocupa muy cerca de la víctima, quien incluso aseguró en el juicio que lo había ayudado con diversos productos alimenticios o electrodomésticos.

Los hechos ocurrieron en abril del 2016. El propietario de la vivienda asaltada, que es taxista, entró a la misma y observó que dos individuos salían del inmueble a la carrera. Según explicó en la sala de vistas, observó de frente al hoy acusado. Se ratificó en esta idea, a pesar de que el único acusado en este procedimiento llevaba una sudadera con capucha, pues conocía sus rasgos faciales y hasta su forma de caminar.

El presunto autor negó su participación en los hechos y aseguró que, en ese momento, estaba en el domicilio donde residía de ocupa con su pareja y sus tres hijos. Según su versión, el único problema que tuvo con el denunciante se debió al lugar donde aparcaba su coche, que supuestamente molestaba a la víctima del robo para maniobrar con sus vehículos.

El joven implicado afirmó que, cuando ocurrieron los hechos, se percató de que una moto con dos individuos corpulentos y que llevaban casco integral subieron y bajaron la calle. Y, tras el robo, se dieron a la fuga en el mismo vehículo. Agentes de la Policía Nacional interceptaron y arrestaron a dos individuos con esas características, pero el dueño de la casa asaltada no los identificó y no se les acusó de manera formal.

A preguntas de la abogada defensora, el acusado afirmó que trabajó varios años en la cerrajería de su padre, por lo que supuestamente tenía conocimientos y medios materiales para poder acceder a una casa sin tener que causar los daños materiales que se registraron en puertas, ventanas o rejas. Según consta en la instrucción, los autores del delito utilizaron un gato prestado por otro vecino para acceder por una ventana con reja.

La víctima del robo con violencia expresó su voluntad de que se le compense por el dinero y las joyas que le sustrajeron, 1.895 euros en total, y los destrozos generados en su casa, unos 864 más aproximadamente. Y también deseó que el procedimiento judicial sirva de «escarmiento» al implicado, pero mostró su voluntad de que no vaya a la cárcel por el robo que perpetró en su casa.

Aseguró que, cuando llegó a su domicilio, halló la puerta del garaje abierta y la luz encendida. E, instantes después, vio salir corriendo al hoy acusado y a otro varón. Además del dinero y las joyas, los autores también se llevaron llaves de sus coches y un altavoz de más de medio metro de alto. La pareja del implicado afirmó que, en el momento del suceso, el acusado estaba con ella y los tres hijos que tienen en común. Repitió que su pareja y el denunciante habían tenido problemas por cuestiones de aparcamiento. Y aseguró que la víctima del robo «nos ha ayudado siempre que ha podido». De hecho, les llegó a hacer regalos a sus tres hijos el día de Reyes.

Para la fiscal, el testigo fue «claro y conciso» en su declaración, mientras que la defensa ha buscado «motivos espurios» para desacreditar dicho testimonio. En opinión de Jezabel Criado, el afectado está «dolido», en la medida en que se portó bien con el acusado y su familia. La representante del Ministerio Público criticó la actitud de la abogada defensora, a la que acusó de presuntamente presionar a la víctima del robo antes de la celebración del juicio. Y es que la letrada de la defensa y la pareja del único implicado mantuvieron una larga charla con el denunciante antes de entrar a la sala de vistas.

La abogada defensora solicitó una sentencia absolutoria, pues la principal prueba de acusación se basa en la declaración del afectado y esta no reúne los requisitos para vulnerar la presunción de inocencia. Además de asegurar que sus palabras no estaban amparadas por ninguna prueba periférica, señaló que el afectado ayudó a la dueña de la vivienda en la que el acusado y su familia residían como ocupas para que estos abandonaran la misma. También indicó que el taxista habló de dos personas corpulentas que salieron de la casa y negó que el acusado tenga esta característica física.

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