La reciente erupción de Cumbre Vieja debe marcar "un antes y un después" respecto a la gestión del riesgo volcánico en Canarias, única zona del territorio nacional expuesta a este factor, y elaborar una estrategia en este ámbito "o de lo contrario, no se habría aprendido nada", afirma el coordinador científico del Involcan, Nemesio Pérez.

En una entrevista a EFE Nemesio Pérez señala que la erupción registrada en la isla de La Palma ha supuesto un punto de inflexión "que obliga a nuestra sociedad -administrados y administradores- a elaborar una Estrategia Canaria para la Reducción del Riesgo Volcánico porque de lo contrario no habríamos aprendido nada de lo que acaba de ocurrir".

Ya durante la visita de los presidentes de España y de Canarias, Pedro Sánchez y Ángel Víctor Torres, respectivamente, a La Palma el pasado 26 de diciembre de 2021, el coordinador científico de INVOLCAN les comentó que la erupción de Cumbre Vieja "debía marcar un antes y un después sobre la gestión del riesgo volcánico en España; dígase Canarias, la única parte del territorio nacional expuesta al riesgo volcánico".

En la actualidad se está haciendo un esfuerzo importante para la recuperación de La Palma "y nos estamos olvidando de cuál ha sido la verdadera causa de este gran impacto social y económico en la isla, que no ha sido principalmente una erupción volcánica (que también), sino la paupérrima percepción que nuestra sociedad tiene sobre el riesgo volcánico en Canarias", puntualiza Nemesio Pérez.

Y ello porque se ha propiciado un desarrollo en la Comunidad Autónoma durante los últimos 50 años "sin prestar la atención necesaria y suficiente" para cumplimentar como se debiera todas aquellas acciones destinadas a la reducción del riesgo volcánico en Canarias.

Por lo tanto, la existencia de una Estrategia Canaria para la Reducción del Riesgo Volcánico aplicable a la Palma "es y será fundamental" para fortalecer el proyecto de la recuperación de la isla, argumenta el coordinador científico de INVOLCAN, quien recuerda que lleva muchos años "sembrando en la sociedad esta semilla que no termina de germinar como debiera".

Sin embargo, continúa, espera que esta erupción "y nuestro nivel de preparación preventiva previa a la misma –claramente mejorable a pesar de los esfuerzos realizados– nos abra los ojos para preocuparnos y ocuparnos de la gestión del riesgo volcánico en Canarias como esta sociedad se merece".

El Instituto Volcanológico de Canarias ha propuesto la necesidad de este documento y tiene las herramientas para elaborar la Estrategia Canaria para la Reducción del Riesgo Volcánico bajo tres principios, que son los del conocimiento científico, la participación ciudadana y el consenso.

Precisamente los investigadores del INVOLCAN Nemesio Pérez, Pedro Hernández y Luca D'Auria presentaron un trabajo titulado "Lecciones aprendidas en la reciente erupción de Cumbre Vieja: la necesidad de una estrategia para reducir el riesgo volcánico en Canarias" en la undécima edición de la mayor conferencia internacional sobre gestión del riesgo volcánico, celebrada del 12 al 17 de junio en Creta.

Entre otras cuestiones, en el trabajo se recuerda que las islas de Tenerife, La Palma, El Hierro y Lanzarote han sido el escenario de las 18 erupciones históricas registradas en Canarias son las de mayor vulcanismo y la erupción de Cumbre Vieja en 2021 ha sido la más importante en Europa en los últimos 75 años.

Según el INVOLCAN, las probabilidades de una futura erupción volcánica para Canarias en una ventana temporal de 50 años son del 75 por ciento, y por islas este porcentaje es del 48,7% para La Palma y; del 39,4% para Tenerife.

Tanto la Unesco como la Asociación Internacional de Volcanología y Química del Interior de la Tierra recomiendan elaborar mapas de peligrosidad volcánica y desarrollar programas multidisciplinares de monitorización de la actividad volcánica, además de planes de emergencia para educar a la población y minimizar la pérdida de vidas humanas.

Sin embargo, en Canarias hay una pobre percepción del riesgo volcánico y se carece de un apoyo continuo por parte de las administraciones públicas para establecer programas educativos en este ámbito, con una falta de compromiso además a la hora de materializar decisiones unánimes que se han adoptado en las cámaras legislativas para mejorar la gestión del riesgo volcánico.

Se producen además presiones desde el sector turístico hacia la clase política para que se evite hablar del riesgo volcánico y se carece de coordinación entre los diferentes grupos de investigación españoles que trabajan sobre la gestión del riesgo volcánico.

Además, Protección Civil no ha desarrollado y promovido la realización de ejercicios (simulacros) del plan de emergencia frente al riesgo volcánico.

INVOLCAN propone para la Estrategia Canaria de Reducción del Riesgo Volcánico talleres o encuentros dirigidos a las autoridades públicas, gestores de seguridad y emergencias, sanidad, agentes sociales, comunidad educativa, periodistas, planificadores del territorio, sector turístico, otros sectores empresariales y economistas y abogados.

Además, representantes de sectores de la energía y el agua, transportes y comunicaciones también tomarían parte en estos talleres enfocados al conocimiento de los volcanes y la gestión del riesgo volcánico.

Se trata de unificar todos los esfuerzos públicos para optimizar la gestión del riesgo volcánico, establecer los mecanismos legales que garanticen la continua mejora en este ámbito y mejorar el conocimiento del impacto de este riesgo natural en Canarias para los próximos 50 años.

Los retos son además hacer un énfasis especial en la educación y percepción del riesgo volcánico para un cambio de actitud tanto individual como colectivo y diseñar un buen programa de comunicación sobre el riesgo volcánico entre organizaciones, instituciones y personas relacionadas con esta gestión, lo que será vital para la reducción del riesgo de desastres.

Mientras tanto, INVOLCAN está a la espera de que las administraciones públicas proporcionen los recursos "para poder elaborar este importante documento.....de lo contrario no hemos aprendido nada de esta erupción ni de la gestión del riesgo volcánico en Canarias", puntualiza Nemesio Pérez.