“La sierra no se vende, la sierra se defiende”. Más de 5.000 personas que abarrotaban anoche la Plaza y el parque de La Marina corearon consignas como esta para exigir dimisiones y un plan que permita arropar a los cientos de vecinos que han exigido medidas en la planificación y gestión forestal para que el incendio de la Sierra de la Culebra “no vuelva a pasar”.

La determinación de levantar su voz frente a la Delegación de la Junta y que se escuchara su indignación alto y claro mantuvo a pie firme a los presentes, pacientes hasta que el fallo de sonido pudo subsanarse para que la Plataforma “La Culebra no se calla”, apoyada por la coordinadora “Por la Sierra de la Culebra” (integrada por 33 organizaciones y asociaciones de todo tipo) pudiera leer el comunicado desde un escenario del que colgaban dos grandes pancartas, una de ellas con la leyenda “La Sierra de la Culebra no se calle. Recuperación y futuro ya”.

Y entre eslogan y eslogan, las conversaciones, los saludos iban de un corro a otro, con la emoción del reencuentro, en algunos casos, o para rememorar “la desgracia que nos ha caído” durante esas cuatro noches de horror. “En Carracedo de Vidriales, los chicos tuvieron que ponerse a apagar el fuego porque no había suficientes efectivos y cuando vieron que saltaba a la carretera, se tuvieron que poner a ayudar”, cuenta enseguida una vecina de la zona, sin poder contener las lágrimas, cuando se le pregunta cómo está.

El sonido de los cencerros de las vacas ayudaba a corear los eslóganes reivindicativos a los que dio paso la consigna de “Quiñones, dimisión”, “Mañueco, dimisión” y “asesinos”. Las ovaciones daban paso a otros lemas con los que pedían “más bomberos y operativos todo el año”, mientras los cencerros de las vacas y el ancestral soplo de los cuerno de ciervos ponían sonido a los eslóganes y animaban la subida al escenario de mujeres jóvenes y dos hombres con la cara tiznada que portaban dos troncos calcinados, símbolo del desastre medioambiental sufrido por la Reserva de la Biosfera, que sujetaban una pancarta en la que se podía leer “Turismo medioambiental”.

Multitud de pancartas concienciaban sobre el desastre, “¿qué comerá nuestro ganado?”; lanzaban críticas, “la Sierra de la Culebra se quema y la Junta no se entera” o “La Sierra de la Culebra calcinada e indignada”, “somos viejos y pocos, pero no idiotas.

Otro vecino insistía en que “hay que limpiar el monte, hay fórmulas y formas para que esto no se repita”, comentaba un vecino que aún recordaba el fuego de agosto de 1991 que arrasó la sierra. “Hay que limpiar los cortafuegos todo el año para que sean eficaces y formar a la gente”.

Con la sensibilidad a flor de piel, con el susto y el horror aún metidos en el cuerpo, con el vértigo de un futuro tan negro como el paisaje en el que el voraz incendio ha convertido la Sierra de la Culebra, los vecinos y vecinas de los más de 23 pueblos afectados por el desastre, se emocionaban mientras escuchaban el manifiesto en el que exigen que los operativos contra incendios estén activos todo el año, tras describir el desastre ante los que algunos no podían contener las lágrimas.

Miles de proyectos enterrados en la ceniza

Los manifestantes lanzaban ayer su rabia e indignación frente a la puerta de la Delegación de la Junta de Castilla y León desde el parque de La Marina, tras vivir el horror que en apenas 72 horas les ha transformado de “la España Vaciada en La España Calcinada”, despojada, ahora sí del todo, “de esperanzas, de miles de proyectos, recuerdos y formas de vida que han quedado enterradas bajo las cenizas”, recogía el manifiesto que leyó la Plataforma “La Culebra no se calla”.

Los ciudadanos de la capital y de la provincia hicieron suyo el eslogan del mensaje de la concentración, “Por la recuperación y el futuro de la Sierra de la Culebra”, y se unieron a la organización ciudadana creada de forma espontánea el mismo 19 de junio cuando se dio por estabilizado, que no por controlado, aún está en nivel 1, el mayor incendio de Castilla y León y uno de los mayores de España que arrasó el 43% del enclave natural transfronterizo desde la tarde del día 15 de junio hasta el domingo, 19.

Apoyada por la coordinadora “Por la Sierra de la Culebra”, integrada por 32 asociaciones, organizaciones y agrupaciones de todo tipo, habitantes del Noroeste de la provincia, niños y niñas y adultos, sujetaban decenas de pancartas en las que expresaban su profundo dolor por las consecuencias de un incendio que “pudo haberse apagado esa misma tarde, con dos bambis, pero no había medios suficientes”, lamenta otra mujer.

Anticiparse

De ahí sus reproches a la Administración autonómica, a su “incapacidad para anticiparse, en un año especialmente seco y en plena ola de calor”, recogía el manifiesto. Una circunstancia que dejaba claro “el riesgo muy alto de incendios” que terminó en una “catástrofe socio-ambiental, que ha destruido 30.000 hectáreas, la puntilla para nuestra provincia y, en especial, la de unos pueblos ya afectados por el envejecimiento, la despoblación y el abandono institucional”. La protesta subrayó “el riesgo mayúsculo” que han sufrido los vecinos por la “escasez de medios humanos y materiales suficientes”, así como “a los trabajadores de la Junta, a los bomberos, a los cuerpos y fuerzas de seguridad, y a otros colectivos de profesionales y voluntarios”.

  • La necesidad de mantener todo el año la campaña

    La falta de planificación frente al contexto climático y meteorológico de un mes de junio en el que Zamora ha sufrido “tradicionalmente muchos de los peores incendios forestales, vuelve a mostrar que los planteamientos de anticipación de la campaña de prevención y extinción de incendios forestales son necesarios”, defienden los ciudadanos de La Culebra.

    La Plataforma se apoya en técnicos y agentes medioambientales que se postulan por “campañas sin discontinuidades” y, “como mínimo, preparada con todos sus efectivos el 1 de junio”.