Fue una visita sorpresa y casi invisible por su brevedad. El Scenic Eclipse, considerado uno de los cruceros más lujoso del mundo, se paseó ayer por primera vez por la bahía capitalina exhibiendo sus 168 metros de eslora que albergan, entre otras comodidades, un helicóptero y un submarino al servicio de los 70 exclusivos pasajeros que arribaron a la capital grancanaria. Ni los otros cinco barcos turísticos con los que coincidió en La Luz consiguieron eclipsar la imagen de este barco que se asemeja a los megayates de los que hacen galas de los magnates.

Aunque en sus planes entraba hacer escala en Santa Cruz de Tenerife, la figura de este buque apareció por la bocana pocos minutos antes del mediodía de este domingo con la intención de hacer una cortísima parada. La información que en un principio se manejaba en el Puerto era que la visita era una parada técnica para repostar combustible, pero el consignatario avisó el sábado de que en su interior viajaban 70 turistas que querían dar un paseo por la Isla. Y así lo hicieron. Tres guaguas esperaron a pie del muelle de León y Castillo Poniente para llevarlos por una corta expedición por el interior.

Descansaban, por unas horas, del lujo que disfrutan desde que el pasado 27 de marzo el barco zarpó de Montevideo (Uruguay). En sus ocho cubiertas, que tienen capacidad para 228 pasajeros, hay servicios para cubrir las exigencias de los viajeros más rigurosos. Quienes tienen un paladar exquisito cuentan con la posibilidad de degustar las comidas de diez restaurantes internacionales. Si desean aprender a elaborar aquellos platos que les hayan cautivado durante su estancia, el yate también tiene una cocina-escuela. Y si lo quieren combinar con una copa, en los ocho bares se sirven sólo marcas premiums, con hasta un centenar de whiskys diferentes.

En el viaje, cuyo coste va desde los 6.629 euros el más barato por Latinoamérica hasta los 27.525 que cuesta una expedición de 25 días por el Polo Norte, está todo incluido, hasta la posibilidad de disponer de un mayordomo. Pero hay dos cosas cuyo precio va aparte: las excursiones en helicóptero y en submarino, que permiten explorar las zonas más remotas del mundo como la Antártida, donde ha permanecido durante los últimos meses, o el Ártico, donde se situará durante la temporada de verano. No obstante, el Scenic Eclipse es considerado el primer yate de exploración del mundo.

El barco de la naviera australiana Scenic Tours estuvo acompañado en el Puerto por otros cinco cruceros: el francés Le Lyrial, que permanecerá hasta el miércoles en el muelle de Santa Catalina; los habituales Mein Schiff 4 y Sea Cloud Spirit, el noruego MS Fram que hizo una parada técnica sin pasajeros y el Oceania Riviera, que también se estrenó en La Luz.

La imagen inusual del Santa Catalina a rebosar es una muestra de la lenta recuperación que registra el sector de cruceros después de la pandemia. El director comercial de la Autoridad Portuaria de Las Palmas, Juan Francisco Martín, apuntó en todo caso que aún se está «lejos» de las cifras de 2019, aunque se espera que a partir de verano ya se llegue al 90 ó 95% del tráfico prepandémico. «Ahora está el 70% de la flota navegando», que, además, lo hace con limitaciones en el número de pasajeros por el Covid, señaló Martín. Las previsiones son halagüeñas, sobre todo de cara a la próxima temporada de invierno cuando las previsiones apuntan a que se recuperarán los cruceristas perdidos en los dos últimos años.

Temporada en la que es poco probable que el Scenic Eclipse vuelva a aparecer por la ciudad. A las seis de la tarde, la esbelta figura del exclusivo megayate salía por la bocana con rumbo a Madeira.