Las playas de Barcelona volverán a recuperar todo su colorido prepandemia, en cuanto a aforos, libertad de movimientos, deporte y ocio tras dos años complicados. Pero lo harán con un insólito paisaje sin humo de cigarrillo, tras la histórica decisión municipal de prohibir fumar en los 10 tramos del litoral. El primer verano sin humo culminará la prueba piloto de hace un año, cuando el tabaco se desterró en cuatro playas con fines no solo saludables sino medioambientales, para erradicar las contaminantes colillas de la línea marítima. Esta será la principal novedad de 2022, pero no la única: la temporada que arranca este sábado viene marcada también por una contrarreloj para la recuperación (mecánica) de la arena perdida durante el temporal 'Celia', por los mayores recursos en limpieza y accesibilidad, y por el conflicto sobre la gestión los chiringuitos, que se salda con solo 9 de los 16 abiertos operativos de momento.