El bochorno y las altas temperaturas del primer episodio de calor del verano seguirán en Canarias hasta el próximo viernes, cuando los modelos meteorológicos estiman que las temperaturas se empiecen a suavizar. En día de ayer, siendo la segunda jornada de aumento de las temperaturas, Canarias registró un máximo de 35 grados centígrados al sur de Gran Canaria y de 31 grados en Tenerife, lo que supuso en ambos casos un aumento con respecto a los datos del día anterior. La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) prevé que las temperaturas continúen ascendiendo hoy jueves, que según los expertos se convertirá en el pico más caluroso de este episodio.

Además del bochorno, los cielos de Canarias estaban también cubiertos de nubes altas y polvo sahariano. Esta peculiar disposición atmosférica se debe a la influencia de tres masas de aire distintas. La primera, el alisio, se encuentra en las capas más cercanas a la tierra. Le sigue una masa de aire africana que es la que ha arrastrado hasta el Archipiélago el calor y la calima. Por último, una masa de aire encima de esta y de origen subtropical, ha generado una importante nubosidad que en algunos lugares incluso ha dejado estos días una precipitación en forma de los «típicos goterones del verano», como señala el delegado en Canarias de la Aemet, David Suárez.

La temperatura máxima alcanzada en la isla de Tenerife fue de 31 grados centígrados

Como es costumbre durante el verano, la intrusión de aire sahariano se ha producido en una capa intermedia de la atmósfera –entre 300 y 900 metros de altitud–, lo que ha evitado que las concentraciones en tierra sean «dañinas para la salud». «No afectará a la calidad del aire porque no se estima que vaya a superar la concentración por encima de 50 microgramos por metro cúbico», indica Suárez, quien recuerda que este es el umbral dispuesto por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para considerar que la concentración de partículas de polvo es nociva para salud de la población. No obstante, los cambios atmosféricos que se producen durante el verano permiten durante estos meses dar un respiro a los canarios gracias al influjo de los vientos alisios, que soplan durante todo el verano en las capas atmosféricas más bajas de Canarias.

A tenor de esta situación, la Aemet activó desde el pasado martes los avisos por altas temperaturas, encuadrando a todas las islas en un aviso amarillo, excepto a Gran Canaria, que se encuentra hasta mañana en el aviso naranja. Las temperaturas en esta isla pueden alcanzar los 37 grados centígrados, especialmente en las cumbres y en el sur. De hecho, fue esta isla la que en el día de ayer registró unas temperaturas más altas en más lugares y durante más tiempo. Así, obtuvo máximas de 35 grados en San Bartolomé de Tirajana y 34,3 grados en Agaete. Pero, ¿por qué Gran Canaria siempre es la más perjudicada en este tipo de episodios? Se trata, como explica Suárez, de un efecto «local» motivado por la forma de la isla y el efecto Foehn. Este efecto propicia que se produzca un cambio brusco de clima debido a los vientos alisios. El efecto Foehn se produce también en otras islas, pero la forma y orografía de Gran Canaria es la que produce en la isla ese intenso calor que lleva a la islas oriental a sufrir altas temperaturas.