La Universidad de La Laguna (ULL) elimina de cara al próximo año académico la posibilidad de ofrecer docencia virtual. La institución académica confía en la buena evolución de la pandemia a partir del mes de septiembre y por eso el Consejo de Gobierno de la ULL aprobó en el día de ayer tan solo dos posibles escenarios en los que impartir docencia en 2021/2022. Del mismo modo, durante la jornada también quedaron aprobados los criterios generales para la docencia y evaluación durante el próximo curso, y que serán tenidos en cuenta para ahora proceder a la redacción de las guías docentes correspondientes, cuya instrucción para su elaboración también fue aprobada.

A través de la decisión tomada ayer, el próximo curso tan solo se contemplan dos posibles escenarios de docencia, frente a los tres del presente curso. El escenario 0 corresponde al modelo presencial total que se venía produciendo antes del comienzo de la pandemia. El escenario 1 corresponde al sistema que se está aplicando actualmente en la institución, conocido como de presencialidad adaptada. El vicerrector de Innovación Docente y Calidad, Néstor Torres, presentó esta propuesta ante el Consejo de Gobierno y explicó que, teniendo en cuenta las actuales previsiones sobre la evolución de la pandemia, es presumible que el primer cuatrimestre del nuevo curso se desarrolle bajo el escenario 1 y, si todo va según lo previsto, el segundo cuatrimestre lo haría en el escenario 0. Se cumplirían de este modo los deseos de ambas universidades públicas canarias, que hace unas semanas anunciaron su intención de recuperar la completa normalidad de cara al próximo curso.

No obstante, Torres recalcó que en todo momento se tendrá la vista puesta en los indicadores sobre la pandemia y se mantendrán ciertas medidas de higiene, distanciamiento y seguridad porque en la actualidad siguen existiendo ciertas incertidumbres sobre el porcentaje de vacunación que se puede haber alcanzado cuando comiencen las clases, el 27 de septiembre. A esto habría que sumar la posible existencia de nuevas variantes del coronavirus o el hecho de que las vacunas erradican la virulencia de la enfermedad, pero no su propagación.

El vicerrector de Innovación Docente y Calidad también fue el encargado de presentar para su aprobación la reedición el próximo curso de dos títulos propios destinados al profesorado de la institución y que ya se están impartiendo en la actualidad: un experto sobre docencia universitaria, especialmente dirigido al profesorado novel que inicia sus pasos profesionales en la institución; y un certificado de formación específica sobre competencias digitales para la docencia. Torres recordó que precisamente este ámbito cobra cada vez más relevancia dado que la tendencia de las instituciones académicas es la de ir hacia un modelo formativo híbrido, que combine la presencialidad con la virtualidad.

Las primeras ediciones de ambos títulos han contado con una gran aceptación entre el profesorado, superando ampliamente el centenar de solicitudes, por lo que dada su alta demanda se ha estimado oportuno reeditarlos. Se han traído a la consideración del órgano para que, tras su refrendo, haya tiempo de organizar las nuevas ediciones con vista a poder ofrecerlas el próximo curso.

La vicerrectora de Proyección, Internacionalización y Cooperación, Lidia Cabrera, presentó también durante la mañana de ayer la Estrategia de Cooperación Internacional para el Desarrollo de la Universidad de La Laguna, que también contó con el apoyo de los consejeros. El propósito del texto es sensibilizar y visibilizar las actuaciones de la institución en este ámbito y definir un horizonte hacia el que dirigirse para fortalecerlas. «La Cooperación Universitaria al Desarrollo cada vez cobra más relevancia no solo por solidaridad sino por la necesidad de formar a los estudiantes con una perspectiva internacional e intercultural para enfrentarse a ciertos retos del presente y futuro», explicó. La vicerrectora reconoció que la actuación de la ULL hasta la fecha en materia de cooperación ha sido «intermitente y modesta», por lo que se hace aún más necesario lanzar unas directrices de actuación que tengan en cuenta las fortalezas y las debilidades de la institución, pero apuntan hacia un crecimiento futuro, ya que se posee un profesorado comprometido y un alumnado con inquietudes. Aclaró, además, que el modelo de cooperación del que se parte no es el clásico de tipo asistencial sino un modelo colaborativo.